El Gobierno confirma el peor temor de la empresa: más impuestos y costes laborales que beneficios

Las empresas y los autónomos señalan los impuestos y los costes laborales como sus principales preocupaciones, por lo que las previsiones del Gobierno caen como un jarro de agua fría

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Jesús Hellín / Europa Press

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Jesús Hellín / Europa Press

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El Gobierno ha confirmado durante esta semana que se cumplía el peor de los escenarios para la empresa española: habrá una subida de impuestos mediante una reforma fiscal que sumará hasta 6.000 millones de euros a la recaudación y también estima que los costes laborales que soportan las empresas crecerán a mayor ritmo que los beneficios empresariales durante el futuro próximo.

El Plan Fiscal Estructural a Medio Plazo que el Ejecutivo ha remitido esta semana a Bruselas compromete al Gobierno a ejecutar un ajuste de más de 40.000 millones de euros en los próximos siete años, para lo cual efectuará una serie de reformas e inversiones, entre las que se incluye una subida de impuestos que permitirá recortar el déficit en tres décimas del producto interior bruto (PIB).

Pero, más allá de los eventuales cambios en el sistema tributario, el Gobierno también ha anticipado a Bruselas que los costes laborales unitarios van a crecer a un ritmo superior al del Excedente Bruto de Explotación, la medida de los beneficios empresariales. «Las dinámicas de precios de producción nacionales seguirán afectadas al alza por la evolución de los salarios, que continuarán creciendo a tasas en el entorno del 3%, mejorando su poder adquisitivo. Por otro lado, se proyecta un crecimiento mucho más moderado del EBE unitario, consistente con el mantenimiento de un equilibrio en el reparto de la renta entre factores productivos», apunta el informe enviado a la Comisión Europea.

El Gobierno calcula que los costes laborales crecerán un 3,1% y un 2,7% tanto en 2025 como en 2026, debido a la subida de los salarios que ya se ha acordado en la negociación colectiva. En comparación, el excedente bruto subirá un 2,2% y un 2,1% en esos mismos años, mostrando un menor dinamismo. «En concreto, se considera que los salarios seguirán ganando peso en el PIB, lo cual implica que los beneficios unitarios contribuirán a la baja a la tasa de crecimiento del deflactor», dicen los técnicos de Economía.

Una encuesta de la Cámara de Comercio de España, en colaboración con SigmaDos, arroja que el 70% de las empresas consultadas creen que los costes laborales van a empeorar, ya sea mucho o levemente, durante el próximo año 2025.

De hecho, cuestionadas por los riesgos específicos para su negocio, un 39,4% de las compañías apuntaron al incremento de los costes laborales, seguido de cerca por la escasez de mano de obra (39,1%) y la elevada presión fiscal (35,9%). A futuro, las preocupaciones son prácticamente las mismas: la subida de los costes laborales (47,1%) y la elevada presión fiscal en general (39,9%).

Otra encuesta, esta elaborada por la Federación de Autónomos ATA, apuntaba en la misma dirección: a la pregunta de cuál es el mayor inconveniente del trabajo por cuenta propia, uno de cada tres (29,7%) respondieron que los impuestos. La primera de las razones.

De la reforma fiscal comprometida por el Gobierno, más allá de la recaudación estimada, se sabe muy poco más, ya que el Ejecutivo ha decidido definir anualmente, a través del borrador del Plan Presupuestario, las medidas para cumplir con la senda establecida en el acuerdo. Sí está incluido la permanencia de los impuestos extraordinarios a la banca y a las energéticas, que se modificarán para adaptarlos al ciclo económico.

La vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, desgranó en el Congreso por dónde van a ir los tiros de las conversaciones de su partido con el PSOE. Además de la conversión de los gravámenes extraordinarios, la ministra de Trabajo apuntó que las negociaciones pasan por la reforma del Impuesto de Solidaridad a las grandes fortunas para rebajar el baremo de los tres millones al millón, descontada la vivienda habitual, así como un tributo simular para gravar las herencias. «Lo que se hereda, sin lugar a dudas, de manera radical es la pobreza», insistió.

Los cambios también se van a producir en el Impuesto de Sucesiones: «Hay dos agujeros fiscales enormes de la mano de deducciones y bonificaciones», criticó Díaz, que insistió en que el tipo medio de tributación de las empresas es del 5% en lugar del 25%.

Además, la líder del socio minoritario de la coalición apuntó a gravámenes frente a la emergencia climática, impuestos adicionales a bienes de lujo, IVA en la sanidad y la educación privadas, y otros relacionados con la salud, como en el tabaco.

«Estamos muy distanciados del PSOE. Ya no en que ellos no quieren una reforma fiscal integral y nosotros sí, sino en los planteamientos», reconoció la vicepresidenta.

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