Generación Z: ¿están los productos bancarios a su altura?
Las fintech rompen con las cuentas para niños de los bancos tradicionales y acercan a los menores a la educación financiera
También conocida como post-millennial o centennials, la generación Z es la que procede a la tan nombrada generación millennial y son todos los jóvenes nacidos entre finales de la década de los 90 hasta 2010, una generación conectada a Internet.
¿Cómo cambia esto sus hábitos de consumo? Según el Estudio Anual de eCommerce de 2018 realizado por The Interactive Advertising Bureau (iab), los centennials, aprovechan más las ofertas y los cupones de descuento y, en comparación con los millennials, tienen un menor poder adquisitivo y, por ende, su frecuencia de compra es más reducida.
No obstante, valoran la diversidad de opciones de pago, la personalización de ofertas y son altamente susceptibles a la publicidad online.
A pesar de ser una de las generaciones más conectadas, los adolescentes mayores de 14 años, edad en la que ya deberían empezar a cultivar su educación financiera, no tienen a su alcance una oferta de productos bancarios digitales aptos para su perfil.
Las cuentas infantiles requieren, de forma obligatoria, la presentación del padre, madre o tutor
La mayoría de los bancos ofrecen cuentas bancarias para menores destinadas al ahorro, en las que no se pueden asociar tarjetas, o bien cuentas corrientes con tarjetas prepago vinculadas.
Paradójicamente, en ninguno de los casos se trata de cuentas digitales, un fallo de enfoque de producto por parte de las entidades para este tipo de público objetivo. No suelen permitir realizar la apertura a través de la web o app del banco, una opción que sí ofrecen las entidades en sus cuentas corrientes para mayores de edad.
Las cuentas infantiles requieren, de forma obligatoria, la presentación del padre, madre o tutor junto con el menor en la sucursal bancaria para llevar a cabo la contratación de la cuenta, un trámite poco adaptado a la era digital.
Pocos bancos ofrecen aplicaciones bancarias desde las que los jóvenes menores de edad puedan controlar sus finanzas. Por lo general, son los padres los que cuentan con las credenciales de la banca móvil u online y son los responsables de gestionar la cuenta y facilitar esta información al menor.
Nicho de mercado para las ‘fintech’
Según explican los expertos del comparador financiero HelpMyCash.com, a falta de productos que cubran las necesidades de estos adolescentes, consumidores activos tanto del comercio online como de tiendas físicas, proliferan nuevas fintech que rompen con las cuentas tradicionales de los bancos para niños.
¿Qué opciones existen en España? Por un lado, la fintech madrileña Rebellion, una aplicación desde la que los jóvenes de más de 14 años pueden abrir una cuenta y asociar una tarjeta virtual o física de prepago.
El proceso de apertura es tan sencillo como descargar la app y que tanto padre, madre o tutor como hijo realicen una fotografía del DNI y un video-selfie con la cámara de su smartphone, un proceso inferior a tres minutos de duración, según aseguran desde la app.
Por otro lado, está Mitto, una app para mayores de 14 años desde la que podrán comprar online o en tiendas a través de la tarjeta prepago asociada personalizable, recibir dinero al instante y conocer su saldo disponible en todo momento.
Revolut lanzará una nueva aplicación para niños y adolescentes asociada a una tarjeta desde la que podrán administrar sus ahorros
Desde esta aplicación, adolescentes y padres podrán operar conjuntamente: pedir dinero, realizar recargas, bloquear y desbloquear la tarjeta, etc., por lo que cada usuario debe descargar la app en su móvil.
Las ya conocidas Revolut y Bnext están ya diseñando productos de estas características con el fin de cubrir las necesidades de los centennials, los nativos digitales. Revolut lanzará una nueva aplicación para niños y adolescentes asociada a una tarjeta desde la que podrán administrar sus ahorros y así promover su educación financiera.
Por su lado, Bnext permitirá abrir cuentas a los mayores de 14 años próximamente, en las que podrán recibir la paga o controlar sus gastos si, por ejemplo, viajan al extranjero.
En definitiva, estas nuevas start-up pretenden llenar el hueco que dejan los bancos en cuanto a su oferta online para adolescentes, muy poco adaptada a su perfil y hábitos de consumo.