El gasto público ‘dopa’ la economía española tras un nuevo tropiezo de la inversión
El consumo de las administraciones públicas se acelera hasta crecer un 4,7% más que hace un año, mientras la inversión volvió a caer en los meses de verano
La economía española volvió a sorprender por su vigor tras registrar un avance del 0,8% del producto interior bruto (PIB) entre julio y septiembre, un periodo clave para un tejido productivo tan dependiente del verano como el de nuestro país. La actividad mantuvo el pulso en septiembre sustentada por la demanda nacional y gracias a la fortaleza del consumo… Avanzó en el caso de los hogares pero se aceleró, sobre todo, el de las Administraciones Públicas.
El gasto en consumo final de las Administraciones Públicas subió un 2,2% entre julio y septiembre, el mayor incremento en más de un año y tras venir moderándose en los últimos trimestres. De hecho, en comparación, hace un año esta variable crecía a un ritmo interanual del 6,4%, pero su crecimiento se moderó hasta una tasa del 4%, entre abril y junio.
Según los datos de avance de la Contabilidad Nacional Trimestral publicados este miércoles por el INE, tras nueve meses seguidos de descenso, la tasa volvió a repuntar con fuerza en el tercer trimestre, acelerando el consumo público hasta el 4,7%, en comparación hace solo un año.
Esta variable, que incluye el gasto en servicios sanitarios, medicamentos o en la recogida de basuras, por ejemplo, ha aumentado cerca de un 16% desde 2020 y se encuentra en máximos históricos. Con la pandemia, el Estado tuvo que revertir los recortes que se aplicaron durante la década anterior y también gastar más, contratando más empleados públicos para sectores clave como la Educación o la Sanidad.
De hecho, Funcas, en sus recientes proyecciones macroeconómicas, ya señaló que el 60% del crecimiento acumulado desde 2019 venía explicado por este ‘dopaje’ del gasto público. De los 5,7 puntos porcentuales que ha avanzado la economía española desde entonces, 3,4 puntos son aportación del consumo estatal.
El FMI también apuntó a que el consumo público avanzaría en España mucho más que en el resto de economías avanzadas, tanto este año como el que viene. En total, esta variable aumentaría un 3,8% en 2024 y un 2,2% en 2025. Entre otras razones, por la entrada en vigor del nuevo marco de reglas fiscales europeas, que volverán a embridar el crecimiento del gasto de las Administraciones Públicas.
Y mientras el gasto público avanza, la inversión ha vuelto a hacer el camino contrario: cayó un 0,9% en el tercer trimestre, después de tres trimestres de incremento. En términos interanuales, la tasa de incremento se frenó del 2,3% al que avanzaba hasta junio a un tímido 1,8%. Todavía en terreno expansivo y con la inversión en vivienda (3,2%) acelerando para sustentar el dato, pero aún débil.
«De continuar esta tendencia, podría suponer una pérdida de competitividad y de potencial de crecimiento para la economía española», advirtió la CEOE tras conocerse el dato del PIB.
El director general de Funcas, Carlos Ocaña, subrayó durante la presentación de las proyecciones macro que el ímpetu de la economía estaba basándose en dos aspectos que «tienen poco recorrido», el gasto público elevado y las exportaciones de servicios, entre ellas el turismo, que tienen poco margen para crecer al mismo ritmo.
Y, sin embargo, seguía sin ponerse el foco en la inversión. «La inversión privada sigue en niveles bastante inferiores a los de hace cinco años y la inversión pública generada por los fondos europeos apenas sirve para compensar. Esta variable va a ser crítica en los próximos años», advirtió entonces el economista.
Para los expertos de CaixaBank el dato de inversión del tercer trimestre es «decepcionante». «La inversión decepcionó con un retroceso intertrimestral del 0,9%, que se explica por la caída de la inversión en construcción del 1,7%, debido a un descenso del 4,2% en el segmento no residencial, y por la contracción del 4,2% intertrimestral en la inversión en transporte», explican en su análisis. Una caída compensada con ese crecimiento, mayor del estimado, del consumo público.