Los españoles sacaron de los cajeros más efectivo que nunca en 2024
El auge del efectivo: por qué los ciudadanos siguen prefiriendo el dinero en metálico a pesar de las dificultades para acceder a él
Foto: Pixabay.
El uso del dinero en efectivo sigue siendo una necesidad para muchos ciudadanos en España, a pesar de las crecientes dificultades para acceder a él. En 2024, el importe total de retiradas en cajeros automáticos alcanzó los 127.485,90 millones de euros, la cifra más alta jamás registrada en el país. Sin embargo, el número total de operaciones disminuyó un 1,45 % respecto al año anterior, situándose en 683,39 millones de transacciones.
Este fenómeno pone de manifiesto una tendencia clara: los ciudadanos recurren menos veces a los cajeros, pero cuando lo hacen, retiran más dinero en cada operación. El importe medio por retirada aumentó hasta los 186,5 euros, frente a los 180,7 euros de 2023.
El impacto de la reducción de cajeros en España
Uno de los factores clave detrás de este incremento en el importe medio por retirada es la reducción del número de cajeros en el país. En los últimos años, la digitalización de la banca y el cierre de sucursales ha hecho que muchas personas tengan que desplazarse más lejos para encontrar un cajero disponible.
Ante esta situación, la respuesta de los ciudadanos ha sido clara: retiran más dinero de una sola vez para evitar hacer viajes frecuentes y minimizar los inconvenientes. Este comportamiento es una consecuencia directa de la pérdida de acceso al efectivo, especialmente en zonas rurales o alejadas de grandes ciudades.
A pesar del auge de los pagos digitales y las tarjetas, estos datos reflejan que el efectivo sigue siendo un pilar fundamental para la economía de muchas personas en España. Hay múltiples razones detrás de esta preferencia.
Muchas personas siguen optando por el dinero en efectivo debido a varios factores. Por un lado, el control del gasto es una razón clave, ya que permite a los ciudadanos administrar mejor su presupuesto sin depender de tarjetas o aplicaciones bancarias. También existe una desconfianza en los pagos digitales, pues, aunque la banca online y las tarjetas son cada vez más habituales, algunos usuarios consideran que el dinero físico ofrece mayor seguridad. Además, la exclusión financiera sigue siendo un problema en España, ya que no todos tienen acceso fácil a cuentas bancarias o métodos de pago electrónicos, lo que hace que el efectivo sea, en muchos casos, su única opción viable.
Una tendencia constante a lo largo del año
Si analizamos la evolución trimestral de las retiradas de efectivo en 2024, vemos que la tendencia se mantiene estable:
- Primer trimestre: 29.471,96 millones de euros
- Segundo trimestre: 32.397,61 millones de euros
- Tercer trimestre: 32.047,26 millones de euros
- Cuarto trimestre: 33.569,07 millones de euros
En todos los casos, el número de operaciones es menor, pero el importe medio retirado es mayor, lo que refuerza la idea de que las personas están adaptando su comportamiento a la dificultad de acceso a los cajeros.
Llamado a mejorar la accesibilidad al efectivo
Ante esta situación, Denaria, una plataforma que defiende el acceso al efectivo, ha pedido a las administraciones públicas y a las entidades financieras que refuercen las infraestructuras para facilitar la retirada de dinero. «El dinero en efectivo es un derecho de todos los ciudadanos y su acceso no puede verse comprometido por la falta de cajeros», advierten desde la organización.
Además, recuerdan que los datos del Banco de España reflejan solo una parte de la realidad. Muchas personas recurren a otras formas de acceso al efectivo, como la retirada de dinero en ventanilla, las oficinas móviles, los agentes financieros y el servicio de «cash back» en algunos comercios.
Un futuro incierto para el efectivo
Mientras que el mundo avanza hacia una sociedad cada vez más digital, la realidad en España demuestra que el efectivo sigue teniendo un papel esencial. Sin embargo, su futuro es incierto, ya que las dificultades para acceder a él podrían obligar a muchos ciudadanos a cambiar sus hábitos de pago.
El reto para las instituciones será encontrar un equilibrio entre la digitalización y la accesibilidad, asegurando que nadie quede excluido del sistema financiero por depender del dinero en efectivo.