Parón renovable: España tarda tres veces más en poner puntos de recarga en comparación con Europa

La falta de interoperabilidad y concentración del mercado, junto con retrasos administrativos, frenan el despliegue de infraestructura eléctrica en España

Puntos de recarga eléctrico

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España continúa sigue creciendo en puntos de recarga pública para vehículos eléctricos, pero no al ritmo que debería. Según el IV Informe OBS sobre Movilidad Eléctrica en España, el país tarda hasta 36 meses en poner en funcionamiento nuevos puntos de recarga, un tiempo que triplica el de otros países europeos como Francia, Bélgica o Suiza, donde los plazos son entre tres y cuatro veces más rápidos.

Para el informe, estos retrasos se deben a procesos administrativos complejos, falta de interoperabilidad y una concentración excesiva de operadores que gestionan la infraestructura.

El documento señala que, aunque España ha instalado casi un tercio de sus puntos de recarga pública en 2023, con un total de 34.105 operativos hasta el primer semestre de 2024, más de 7.000 puntos adicionales están pendientes de alta.

Este retraso representa un 20% de la media por Comunidad Autónoma, lo que impide alcanzar los objetivos fijados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que proyecta contar con 340.000 puntos de recarga públicos en 2030.

La falta de competitividad lastra el crecimiento

Uno de los problemas clave identificados en el informe es la concentración del mercado, donde el 96,21% de los puntos de recarga están gestionados por solo 10 compañías. Aún más, cinco de estas empresas controlan el 81,3% de la infraestructura, lo que genera una falta de competitividad y encarece los costos de recarga.

Esta situación se ve agravada por la falta de transparencia en la información pública sobre los puntos de recarga. A pesar de los esfuerzos por cumplir con el mandato europeo de volcar estos datos en el Punto de Acceso Nacional (PAN), el 40,9% de los puntos operativos en España no están reportados.

“Sin una mayor transparencia y acceso a la información sobre los puntos de recarga, tanto los usuarios como los operadores encuentran dificultades para planificar y tomar decisiones informadas. Esto no solo afecta la experiencia del usuario, sino que también limita la expansión eficiente de la red”, señala May López, directora de Desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible y autora del informe.

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Problemas de interoperabilidad y costos elevados

Otro de los grandes desafíos es la falta de interoperabilidad en la infraestructura de recarga, un requisito establecido por el Reglamento sobre Infraestructuras de Combustibles Alternativos (AFIR) de la Unión Europea.

En España, este incumplimiento obliga a los usuarios a utilizar diferentes aplicaciones y sistemas de pago según el operador, dificultando el acceso y encareciendo la recarga. Según el informe, a pesar de que el costo energético en España es relativamente bajo, la recarga pública es más cara que en otros países europeos debido a esta falta de integración.

“El coste de recarga en España es un 20% mayor que en Francia o Alemania, lo que refleja un problema de falta de interoperabilidad y competitividad. Necesitamos una infraestructura que sea accesible para todos y garantice precios justos, si no queremos crear barreras innecesarias para el uso de vehículos eléctricos”, advierte López.

Un futuro que debe caminar hacía la simplificación

Para hacer frente a estos desafíos, el informe sugiere varias medidas urgentes, como la simplificación de trámites administrativos, mayor transparencia sobre la capacidad de la red eléctrica y una reducción en los tiempos de puesta en funcionamiento de los puntos de recarga. Estas acciones serían «clave» para cumplir con los objetivos de sostenibilidad y crecimiento del parque de vehículos eléctricos en España.

“Debemos poner al usuario en el centro de la estrategia y garantizar que la infraestructura de recarga evolucione al mismo ritmo que la demanda de vehículos eléctricos. Solo mediante una mayor transparencia, interoperabilidad y reducción de tiempos podremos garantizar que España cumpla sus compromisos a nivel europeo”, ha concluido May López.

A medida que el mercado de vehículos eléctricos crece, España se enfrenta al reto de mejorar su infraestructura de recarga para no quedarse atrás en la carrera hacia la movilidad sostenible.

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