España se aleja del euro en presión fiscal pese a la recaudación récord: hay 4 puntos de diferencia
El objetivo del Ejecutivo en la pasada legislatura era cerrar la diferencia con el resto de Europa, más de tres puntos. Sin embargo, la presión fiscal encadena dos ejercicios consecutivos cayendo
La recaudación de Hacienda batió récord el año pasado, sumando 271.935 millones de euros (con los ingresos por IRPF de más de 120.000 millones), y, pese a todo, la brecha de presión fiscal con el resto de Europa no se cierra. Este indicador cayó en tres décimas, hasta el 38% del producto interior bruto (PIB), recortándose por segundo año consecutivo, a pesar de la intención declarada del Ejecutivo de converger con los Veintisiete.
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, celebró durante la rueda de prensa de presentación de los datos de la Ejecución Presupuestaria del año pasado esta caída, asegurando que se había aprobado «la mayor rebaja de impuestos en la energía de la historia de nuestro país, beneficiando a la clase media, la clase trabajadora y a los colectivos más vulnerables».
«Lejos de la reiterada acusación de la derecha de que este Gobierno convierte el país en un infierno fiscal, la presión fiscal en 2023 disminuyó», insistió la ‘número dos’ del Ejecutivo.
Esta celebración contrasta con declaraciones previas de la propia Montero, que se ha comprometido en varias ocasiones con el objetivo de cerrar la brecha de presión fiscal entre nuestro país y el resto de Europa. «Eso limita el Estado de Bienestar español», aseguró durante una comparecencia en el Congreso en mayo de 2021, cuando se comprometió a cerrar esa diferencia «progresivamente». «Ello, además de no ser creíble, resultaría perjudicial», abundó.
A falta de datos consolidados de Eurostat para 2023, el 38% que anunció la pasada semana Hacienda está a más de tres puntos de distancia de la media europea (42,1%, en 2022) y a prácticamente cuatro puntos de la media de la zona euro (41,9%). En comparación, Alemania tuvo una presión fiscal del 42,1%; Francia, del 48%; e Italia, del 42,9%.
En general, la presión fiscal aumentó en la Unión Europea tras el COVID-19 por la fuerte caída de la economía. El efecto denominador, con un PIB más reducido, provocó un alza de la tasa. En el caso español, por ejemplo, pasó del 35,4% en 2019 al 37,7% en 2020 (2,3 puntos de presión fiscal, de golpe) y subió hasta el 38,6% en 2021. En dos años ha caído seis décimas.
La razón fundamental de esta caída de la presión fiscal viene porque el crecimiento nominal del PIB ha sido superior al de la recaudación. De acuerdo con los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral, publicados este martes, el avance fue del 8,6% el año pasado (hasta un total de 1.461.889 millones de euros), mientras que la recaudación fue un 6,4% más, hasta los 271.935 millones de euros. La razón fundamental fue el avance más moderado de los ingresos del IVA, debido a las rebajas fiscales a los alimentos o la energía.
El Gobierno se comprometió a subir la presión fiscal
El Gobierno, como parte del Plan de Recuperación, se ha comprometido a adoptar medidas que favorezcan la convergencia con el resto de Europa y el incremento de los ingresos tributarios. La Adenda -y el programa original- negociada con Bruselas así lo indica. «La persecución de los principios anteriores se realizará prestando la debida atención a la necesidad de garantizar el adecuado equilibrio entre la consolidación a medio plazo de las finanzas públicas y el fomento del crecimiento económico. Ello pasa necesariamente por acercar los niveles de tributación de España a la media de los países de nuestro entorno, garantizando así la sostenibilidad a medio plazo del Estado del bienestar».
De hecho, uno de los hitos del Plan de Recuperación es una reforma fiscal, conforme a los dictados del informe de Comité de Expertos que el Gobierno encargó en la pasada legislatura. Este es una de las reformas clave del quinto pago de los fondos europeos, de 7.700 millones, y debería haberse completado en el primer trimestre del año pasado. «Como la tasa de ingresos tributarios sobre el PIB es más baja en España que con sus economías pares, hay margen para aumentar los ingresos y permitir la sostenibilidad a medio y largo plazo de las cuentas públicas», reconoce el documento en inglés.
De hecho, la última revisión en profundidad de la economía española que publicó el Ejecutivo comunitario, esta misma semana, ya hablaba de ese espacio fiscal. «Hay margen para ser más ambicioso con políticas adicionales, particularmente dado que el reciente incremento de los ingresos tributarios es de una naturaleza temporal», apunta Bruselas.
La Comisión sugiere revisar los tipos reducidos del IVA, simplificando el sistema, así como ajustes en beneficios fiscales y algunos impuestos indirectos, como los gravámenes medioambientales. «Una implementación ambiciosa de estas medidas ayudaría a asegurar la sostenibilidad de los ingresos gubernamentales y a contribuir a mejorar la consolidación fiscal y conseguir el nivel de ambición fijado en el Plan de Recuperación», abunda.