España recomienda a la UE proteccionismo empresarial en pleno asalto saudí a Telefónica

El documento de prospectiva elaborado por La Moncloa advierte sobre la entrada de empresas de países con "visiones diferentes" en sectores críticos

El presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante el acto en el que se presentó la propuesta estratégica de la Presidencia española de la UE para fortalecer la seguridad económica y el liderazgo global de la UE en esta década, este viernes en la sede de la CEOE en Madrid. EFE/Daniel González

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La visión estratégica que el Gobierno de España que lidera Pedro Sánchez, ahora en funciones, tiene para la Unión Europea y quiere desarrollar durante su presidencia de turno del Consejo de la UE pasa por una idea clave: la autonomía estratégica. Es decir, que el conglomerado sea autosuficiente en sectores clave y de alto valor añadido para evitar disrupciones como las sucedidas durante la pandemia o, posteriormente, provocadas por la invasión rusa de Ucrania.

Esa autonomía pasa por cierto grado de proteccionismo y por no dejar que Estados con intereses contrarios a los europeos puedan hacerse con empresas estratégicas de sectores clave. Justo lo que está sucediendo con la operación con la que la teleco saudí STC quiere hacerse con un 9,9% de Telefónica.

El documento, presentado ayer por el presidente ante la plana mayor de los empresarios españoles y europeos, así como los primeros espadas de su Gobierno, indica que «la presencia significativa de compañías extranjeras supone dos retos para la UE». «El primero hace referencia a la seguridad«, detalla el informe, de 81 páginas, que ha elaborado la Oficina de Prospectiva adscrita a La Moncloa. «Las firmas extranjeras podrían aprovecharse de su posición para ganar acceso a información sensible, poner a los Estados miembro en contra unos de otros, obligar a la UE a desviarse de sus metas económicas y legislativas, y, por último, interrumpir sistemas de telecomunicaciones, energéticos y cadenas de suministro claves en el supuesto de un conflicto con sus países», advierte.

El segundo reto que detalla el documento es industrial. «Hay una gran cantidad de investigación que demuestra que la dominancia ejercida por las grandes empresas tecnológicas, energéticas y alimentarias en Estados Unidos ha resultado en una menor innovación, mayores precios para los consumidores, menores salarios para los trabajadores y menor actividad emprendedora«, apunta, señalando que ese riesgo podría trasladarse al conjunto de los Veintisiete «en un momento en el que estas cuestiones son más necesarias que nunca».

Favorecer la presencia aliada

La Moncloa apunta a los aliados europeos que estas compañías generan riqueza y empleo en el conjunto de la UE, y que también implica una cierta reciprocidad con respecto a las empresas del continente que desarrollan su actividad en otras regiones. «Por tanto, es del interés de la UE preservar el arraigo de compañías extranjeras e incluso emplear sus ventajas estratégicas para atraer nuevas compañías», incide la propuesta. Sin embargo, a renglón seguido, La Moncloa incide en que tendrá que restringirse el acceso de empresas procedentes de países con mentalidad distinta a la europea: «La UE debería empeñarse en mitigar los riesgos limitando gradualmente la dominancia de empresas extranjeras con vínculos a países con mentalidades distintas en sectores estratégicos e infraestructuras críticas», subraya.

Un equilibrio complejo, ya que el uso de regulación para impedir la pérdida de control de compañías críticas también ha de hacerse en el marco de la «competencia» del mercado, «respetando los principios del orden internacional basado en reglas y acogiendo el desarrollo de las compañías europeas en estos sectores críticos».

La presentación de la propuesta ha llegado con la autonomía estratégica de nuestro país cuestionada, precisamente, por una operación empresarial: la entrada de la saudí STC -controlada por el Fondo Soberano de Arabia Saudí- en el capital de Telefónica. Esta última es una compañía estratégica por el sector en el que se desarrolla y su relevancia en el mercado, por lo que el Gobierno está siguiendo de cerca la adquisición.

Precisamente el propio anuncio ha causado un cierto revuelo en el seno del Ejecutivo en funciones y de los partidos que lo conforman, con el ala izquierda que lidera la vicepresidenta Yolanda Díaz instando a impedir la compra; mientras que el ala más liberal, que encarna la titular de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se muestra cautelosa, pero no contraria.

Pedro Sánchez advirtió durante la presentación de esta visión estratégica para el conglomerado que el Ejecutivo está siguiendo de cerca la compra y que velará por que se defienden los «intereses legítimos nacionales» y que se ejercen los controles necesarios sobre la misma. «Les garantizo que el Gobierno está analizando detenidamente la operación de la inversión, contamos con mecanismos adecuados para ejercer los controles necesarios y garantizaremos que en todo momento esté a salvo la defensa y la seguridad nacional«, abundó el líder socialista.

En este sentido, Sánchez recordó que «el límite que existe para la inversión extranjera es la protección de nuestros legítimos intereses nacionales«.

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