ERC aprieta a Montero: o retira el pacto con Junts o tumba la reforma fiscal
Los republicanos piden eliminar las enmiendas pactadas con Junts para dar sus votos a la reforma, lo que supondría una negativa de los neoconvergentes a pocas horas de reunirse
A apenas unas horas de la crucial reunión de la Comisión de Hacienda y Función Pública en el Congreso de los Diputados que decidirá sobre la reforma fiscal del Gobierno, el proyecto de ley está más en el aire que nunca y los partidos de izquierda ya aprietan al Ejecutivo para que desista de las enmiendas con nuevos impuestos y tire solo con la trasposición de la directiva para un tributo mínimo a las grandes empresas.
Fuentes de ERC confirman que no hay novedades en sus conversaciones con la vicepresidenta primera María Jesús Montero y que ahora mismo solo contemplan tres escenarios: la retirada del proyecto, avanzar solo con la trasposición pese a que Junts pueda tumbarla o buscar el apoyo del PP.
Voces de este partido aseguran que los partidos de izquierda podrían transigir con la tramitación de la directiva, una trasposición de obligado cumplimiento para España a la que nuestro país ya llega tarde, pero eso sería a cambio de tumbar el paquete fiscal pactado con Junts que, entre otros, suprimía el gravamen extraordinario al sector energético.
Los neoconvergentes ya han advertido de que el pacto con el PSOE era o todo o nada, dando a entender que votarían en contra a la tramitación de la directiva. Aquí se abriría el escenario, consideran en ERC, de que el PP -que se ofreció la semana pasada- pudiera permitir que la norma siguiera adelante, bien con su apoyo o con una abstención.
Otros partidos consultados ya dan por hecho de que solo irá adelante la directiva, por lo que la reforma fiscal se quedará en el camino, a expensas de que el Gobierno la tramite de otra manera.
Fuentes del Gobierno no dan por perdida la votación, aunque reconocen la «complejidad» de las negociaciones a dos bandas, izquierda y derecha, con los socios que dieron su voto a la investidura de Pedro Sánchez.
A pocas horas de que se reúna la Comisión de Hacienda del Congreso, una cita que ya se ha pospuesto en dos ocasiones, el Gobierno confía en que Montero sea capaz de atar los apoyos y sea un primer paso para atar los Presupuestos de 2025.
La línea roja de los partidos a la izquierda del PSOE es la permanencia del impuesto a las energéticas. Hacienda acordó con PNV y Junts su decaída, ya que podía afectar a inversiones importantes en sus territorios, a cambio de la reforma para atar el gravamen sobre la banca durante al menos tres años. Además, Montero acordó nuevos impuestos a los vapeadores o una subida de la tributación de las rentas del capital en el IRPF a partir de los 300.000 euros, entre otras medidas.
La semana pasada el PSOE cerró con Sumar otro pacto, que incluía la creación de un impuesto a los bienes de lujo o la retirada del régimen especial para las Socimis, entre otras medidas. Este acuerdo enfadó y mucho en el PNV y Junts, ya que consideraban que modificaba el contenido de lo acordado con Hacienda.