La energía desata una cuesta de enero negra: impuestos, ola de frío y electricidad más cara
Enero tendrá su tradicional ‘lunes triste’ y, este año, se añadirá un final de mes perverso a nivel de gasto en materia energética
Los consumidores españoles tendrán un enero complicado. La factura recupera algunos de los impuestos que estaban rebajados o suspendidos; el mercado mayorista sigue alto; y se avecina una ola de frío que provocará dos cosas: mayor consumo eléctrico y de gas y, como consecuencia, mayor coste en en la propia generación de energía.
Para apuntillar estas cuestiones, en la parte de generación eléctrica que posteriormente marca el precio, la energía eólica —que ayuda a suavizar los precios— tiene mal funcionamiento en los periodos de mucho frío. Eso provoca mayor uso de gas para hacer funcionar los ciclos combinados que, a la postre, son los que elevan el precio del mercado mayorista que referencia la factura doméstica.
La raíz del problema la suponen los precios eléctricos mayoristas. Estos afectan, sobre todo, a los clientes del mercado regulado (PVPC); y también a aquellos que, dentro del mercado libre, tienen tarifas indexadas a la cotización diaria.
Según el mercado de futuros MEFF, para enero se espera que no baje de los 85 €/MWh en los días laborables. Por norma general los fines de semana baja, debido a la menor demanda, pero se trata de un precio muy alto.
Ola de frío; hola a los impuestos
Durante esta semana se prevé la primera gran ola de frío del invierno. Esta situación provocará un gran aumento del consumo energético, sobre todo, en materia de gas, pero también eléctrico.
El efecto consumo es esencial para la factura. Al margen del propio coste del mercado mayorista, es obvio que ante más consumo el gasto se dispara. Algo que se refleja en la factura. Esta ola de frío provoca un mayor uso de la calefacción, así como los aparatos de frío-calor.
En cuanto a los costes impositivos, el pasado mes se conoció que se irá retirando gradualmente la bajada del IVA de la electricidad —que cayó del 21% al actual 5%—, del impuesto sobre la producción eléctrica —del 7% y actualmente suspendido— y la eliminación del impuesto especial eléctrico —ahora en el 0,5% frente al 5,1%—.
En estos momentos, en el caso de la electricidad, el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) se situará en el 10% durante todo 2024; el Impuesto Especial de la Electricidad (IEE) estará en el 2,5% durante el primer trimestre del año y en el 3,8% durante el segundo; y el Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica (IVPEE) tendrá un tipo del 3,5% hasta marzo, pasando a tener un 5,25% hasta junio, según el Real Decreto-ley para la prórroga de varias de las medidas temporales establecidas para hacer frente a la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania, cuya vigencia terminaba este 31 de diciembre.
En el caso del gas natural de los suministros de gas natural, el IVA se situará en el 10% durante los primeros tres meses de 2024, mientras que se mantendrá en ese mismo nivel para los combustibles de biomasa durante seis meses.
Y de rebote, la inflación
Los usuarios domésticos de energía, tanto de gas como electricidad, pagarán más en enero. Bien por la recuperación de los impuestos, o por un mayor consumo debido a la necesidad térmica cuando llegue la ola de frío.
Pero todo esto tiene una consecuencia adicional a esta cuesta de enero negra. Estos precios también llegan a las tiendas, pymes, servicios y empresas. Eso quiere decir que se repercutirán los costes en los productos y servicios que se consuman. Por tanto, la factura de todas las cosas, y no solo de la luz y el gas, empezarán a ser mayores a partir de enero.