El empleo en la construcción alcanza máximos desde 2011 en plena crisis de la vivienda

El sector de la construcción tiene un millón de trabajadores menos que en 2008 cuando más falta hace poner en marcha viviendas

Un obrero trabaja en un bloque de viviendas en construcción, a 10 de septiembre de 2024, en Madrid (España). Ricardo Rubio / Europa Press

Un obrero trabaja en un bloque de viviendas en construcción, a 10 de septiembre de 2024, en Madrid (España). Ricardo Rubio / Europa Press

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La crisis en el mercado de la vivienda, dicen los economistas, tiene como origen un problema de oferta: hay pocas casas disponibles para el exceso de demanda de compradores, lo que provoca que los precios suban y no encuentren techo. La solución podría parecer sencilla: poner más en el mercado. Pero el trauma de la burbuja inmobiliaria ha provocado una década perdida en la construcción, tanto en inversión como en empleo.

Solo ahora, de acuerdo con los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados este viernes, el empleo en el sector de la construcción está empezando a levantar el flote y ya se encuentra por encima de los niveles de 2011, aunque muy lejos de los datos de ‘bonanza’ del boom del ladrillo.

De media, en 2008, había 2,4 millones de trabajadores en el sector de la construcción. Casi 1,3 millones de estos ocupados estaban íntegramente dedicados a la construcción de edificios, a la vivienda. Entre julio y septiembre de 2024, el empleo en la construcción rozó los 1,5 millones de ocupados, con algo más de medio millón (584.000) de personas dedicadas a erigir edificios.

Es decir, un millón de empleos menos en la rama de actividad que hace 16 años y, en concreto, 700.000 obreros menos levantando casas.

Las vacantes en construcción presionan la crisis de vivienda

La tensión en el mercado de la construcción se puede medir con la otra variable: el paro. Entre 2008 y 2011 se produjo una gran destrucción de empleo que conllevó la salida de muchos trabajadores vinculados a las obras públicas y residenciales. A principios de 2009 el desempleo vinculado al sector alcanzó el máximo, con 736.000 desempleados. En la actualidad, supera ligeramente los 100.000.

Pero esta cifra tiene trampa ya que se tiene en cuenta el último empleo antes de ir al paro a la hora de asignarle un sector. Y, ante la falta de trabajo en el sector, muchos tuvieron que cambiar de ocupación o engrosaron el paro de larga duración.

Con todo, la realidad es que el desempleo en el sector está en mínimos y esto casa con una de las quejas más frecuentes en el sector: no hay trabajadores para la construcción.

Según un análisis del Banco de España en su Encuesta sobre la Actividad Empresarial, un 56% de las compañías dedicadas a la construcción experimenta dificultades para encontrar personal, lo que repercute, precisamente, en los costes laborales, ya que las empresas han de 'retener' los pocos trabajadores de los que disponen.

Inversión hundida desde 2008

En 2008, del total de inversión en la economía española (la Formación Bruta de Capital Fijo, según su definición en la Contabilidad Nacional), aproximadamente el 40% estaba destinado a la inversión en vivienda, de acuerdo con un reciente análisis de Funcas. En 2023, a pesar del repunte, se encontraba en torno al 27%. En cifras desestacionalizadas, esto supuso una inyección en el tejido productivo de 20.000 millones de euros en construcción de casas.

"A la dependencia de la inversión en vivienda que alimentó la burbuja ha seguido una caída de los volúmenes hasta la mitad –conforme el stock de viviendas sin vender se digiere lentamente–, pero también una mayor autonomía de la inversión total, que ha podido alimentarse de otras fuentes de crecimiento", apunta el documento.

Esto ha provocado una pescadilla que se muerde la cola: poca inversión por el trauma de la burbuja y por una inaccesibilidad a la vivienda, que se traduce en un encarecimiento de los precios, que hace comprarse una casa todavía más inaccesible.

Un déficit de 500.000 casas al año

Y eso sin que se ponga freno a la demanda de una casa, dice el Banco de España en un reciente informe, "por el sustancial crecimiento del número de hogares residentes, que no se ha visto acompasado por un incremento de la producción de viviendas nuevas".

Si antes de 2008 se construían 650.000 viviendas al año, en 2016 solo se levantaron 45.000 casas. Había un stock de vivienda por vender, pero, desde entonces, apenas se construyen 100.000 anuales. "Estas cifras de producción de vivienda se encuentran sensiblemente por debajo de la creación neta de hogares acumulada en 2022 y en 2023 (545.000 hogares). De ese modo, el diferencial negativo entre estas magnitudes durante este período alcanza las 365.000 viviendas", detalla la institución.

Y a futuro podría ser peor: podrían hacer falta más de 500.000 viviendas de cara a los próximos años, a la vista de las casas iniciadas en 2022 y 2023.

La falta de trabajadores puede ser un freno a la inversión: de nada sirve destinar ingentes cantidades de dinero, público y privado, si no hay obreros que levanten las casas para aliviar la crisis de vivienda. La España que en 2008 concentraba un 12% del empleo total en la construcción es distinta a la de hoy en día, que 'solo' tiene a un 6% de los trabajadores dedicados al ladrillo.

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Álvaro Celorio

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