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El think-tank de la CEOE prevé un frenazo económico en 2024 con un déficit del 3,8%, lejos del nivel que marca Bruselas
El IEE pronostica un crecimiento del PIB del 1,5% de cara al año que viene, ocho décimas menos que la proyección para este año
El Instituto de Estudios Económicos (IEE), el think-tank de la patronal CEOE, anticipa que el año que viene sufriremos un frenazo económico mayor que el que proyectan otros observadores económicos. De acuerdo con las proyecciones de su informe de coyuntura económica de final de año, el producto interior bruto (PIB) avanzará un 1,5% el año que viene, ocho décimas menos que el crecimiento previsto para 2023.
En una rueda de prensa, el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, ha apuntado que la desaceleración de la segunda parte de 2023 se contagiará a la actividad de la primera parte del año 2024, aunque estiman que la economía mejorará a finales del siguiente ejercicio. Esto provoca «riesgos a la baja» en el crecimiento del año que viene.
«La economía española ha seguido el mismo tono que la economía internacional. En la primera parte del año ha crecido más de lo esperado, pero en la segunda parte se viene desacelerando», ha apuntado Fernández de Mesa durante el encuentro informativo. Según los cálculos del Instituto, el avance económico para este trimestre será del 0,1%, lo que resultará en un avance en el entorno del 2,3%.
Esta ralentización de la actividad viene acompañado de un equilibrio fiscal del Estado menor del que proyecta el propio Gobierno. Así, el IEE estima que el déficit será el año próximo del 3,8%, muy lejos del 3% del PIB que confía en alcanzar el Gobierno y que le permitiría cumplir con los tratados europeos. El año que viene se reactivarán las reglas fiscales y volverán a tenerse en cuenta los parámetros del 3% del PIB para el déficit y del 60% del PIB para la ratio de deuda pública. Situarse en el 3% impediría la entrada de España en el Procedimiento de Déficit Excesivo, pese a que la deuda todavía estará por encima del 100%.
El IEE ha reclamado reformas estructurales que creen un clima favorable a la inversión empresarial y mejoren la productividad de la economía española, fomentando la competitividad española. Entre otras, han reclamado la mejora de la calidad normativa y la eliminación de algunos tributos que distorsionan la actividad, como el de patrimonio o los extraordinarios a la banca y las energéticas.
En el Instituto son muy críticos con que la variante macroeconómica del consumo público se haya recuperado mucho antes que los beneficios empresariales, que aún no se habrían situado en niveles prepandemia. Esto es así, han explicado, porque el consumo influye en la actividad a corto plazo, en tanto que los beneficios redundarían en inversión privada, que permitiría impulsar la economía a más largo plazo. «Los modelos de crecimiento basados en consumo y deuda públicos no son tan sostenibles y sanos como los que están basados en inversión empresarial», ha advertido De Mesa.
Desde el IEE han reclamado incentivos fiscales a la inversión y que los fondos Next Generation EU se dirijan al tejido productivo. En este sentido, se han mostrado confiados en que los préstamos de la Adenda, que llegarán ya el año que viene, serán muy positivos ante el endurecimiento de las condiciones de financiación.