El Santander descarta entrar en una guerra de precios en España
José Antonio Álvarez, consejero delegado de la entidad, pide al gobierno que salga de las urnas el 10-N "predictibilidad"
Banco Santander mantiene los objetivos de su plan estratégico, a pesar de los impactos extraordinarios, que han superado los 2.400 millones de euros, según ha confirmado José Antonio Álvarez, consejero delegado de la entidad, durante la presentación de resultados de los nueve primeros meses del año. Álvarez ha confirmado la política de dividendos del grupo, aunque no ha querido comprometerse con un compromiso para el conjunto del año.
La entidad, eso sí, confía mejorar su solvencia a lo largo del próximo año y acercarse más al rango alto de su objetivo, que está establecido en mantener un CET 1 Fully Loaded comprendido entre el 11 y el 12%, aunque Álvarez ha reconocido que todavía quedan algunos impactos regulatorios por ajustar. También ha confirmado que la cifras del cuarto trimestre vendrán acompañadas por una plusvalía de 700 millones gracias al acuerdo con Crédit Agricole.
El banco continuará reduciendo costes en Europa, tras los planes de reestructuración aprobados este ejercicio en Polonia, Reino Unido y España. «Tenemos recorrido en costes», apuntó Álvarez, que defiende esta vía en Europa para mejorar la eficiencia y la rentabilidad total del grupo.
En España, la entidad descarta entrar en una guerra de precios si la oferta comercial se incrementa en España, porque las entidades más débiles sean agresivas para captar nuevos clientes. En este sentido, el consejero delegado del banco ha reconocido que la actividad hipotecaria se ha reducido en los últimos meses, porque «los procesos de formalización se han alargado». La entrada en vigor de la nueva Ley Hipotecaria ha cambiado el modo en que se comunican los datos a los notarios.
Nuevamente, el banco ha insistido en que no planea cobrar a los particulares por sus depósitos, si bien, como otras entidades sí podría comenzar a cobrar a las empresas por las cuentas no operativas y ha pedido al futuro gobierno que salga de las urnas «predictibilidad» y ha reconocido que la situación de Cataluña no es positiva para la economía.
El banco ya ha advertido en los folletos a sus inversores que la política tributaria -y en concreto la posibilidad de que se eliminen las exenciones fiscales por la repatriación de beneficios desde otros países-.
El Santander tampoco espera grandes ingresos por el cierre de las sucursules de Banco Popular que está llevando a cabo. «La mayoría de las oficinas son alquiladas. Las que son propias las iremos vendiendo», ha respondido José Antonio Álvarez. Aunque el Santander no cerrará más oficinas este año, su segundo ejecutivo no ha querido descartar nuevas clausuras en el año. Al contrario, sí que ha aparcado cualquier operación de integración en España. «Estamos centrados en la integración del Popular», ha señalado.
Santander, nueve meses de ajustes
Los saneamientos en Reino Unido y España dañaron a Banco Santander durante los nueve primeros meses del año. El beneficio del banco se ha reducido un 35%, a 3.732 millones, tras asumir gastos extraordinarios por 2.448 millones hasta septiembre.
En el tercer trimestre, el Santander ha asumido costes por 1.634 millones para ajustar el valor del fondo de comercio de su filial Santander UK y también para elevar las provisiones relacionadas con los PPI (seguros de protección de pagos). En la primera mitad del año fueron las reestructuraciones en España, Reino Unido y Polonia, las que se comieron más de 800 millones de beneficio.
Sin estos ajustes, la entidad precisa que su beneficio mantiene el tono positivo. Así, descontando los cargos extra, en los nueve primeros meses del año, ganó 6.180 millones, un 2% más que en el mismo periodo de 2018. En el trimestre, el Santander se apuntó 2.135 millones, un 7% más que en los nueve primeros meses de 2018.