El PSOE busca reforzar a Calviño y aumentar su protagonismo en Europa como presidenta del BEI
El programa de los socialistas para las elecciones europeas contempla un refuerzo de la entidad que ahora lidera la exvicepresidenta para financiar la transición verde y digital, así como el ámbito de la defensa
El PSOE quiere reforzar el papel de la exvicepresidenta económica Nadia Calviño, ahora presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), impulsando el papel de la institución como pieza clave para financiar las inversiones en materia de transición verde, digital y en los ámbitos de seguridad y defensa.
Así consta en el programa de los socialistas a las elecciones europeas del próximo 9 de junio, una candidatura que encabeza su antigua compañera de gabinete, la todavía vicepresidenta Teresa Ribera. El PSOE es consciente de que la próxima legislatura europea pasará por un refuerzo de la autonomía estratégica de la Unión Europea, tras dos experiencias muy seguidas -la pandemia de COVID-19 y la guerra de Ucrania- que han dejado al aire las vergüenzas de los Veintisiete.
Esto, sumado a la necesidad de financiar las transiciones verde y digital y también ingentes inversiones en seguridad y defensa, ha puesto de manifiesto que urge poner encima de la mesa dinero suficiente para que el continente no se quede atrás. Para esto habría dos vías: una, la conversión en «estructural» de los fondos Next Generation EU. Y dos, ampliar las competencias y funciones del BEI, que desde enero dirige quien fuera ‘número dos’ de Pedro Sánchez.
El BEI financiará seguridad y defensa
Los socialistas denominan como «bienes públicos europeos» estos ámbitos de inversión y creen que el BEI es el instrumento adecuado a la hora de financiarlos. Uno de los principales objetivos de la institución es, precisamente, ser el brazo inversor ‘verde’ europeo, pero el plan de los socialistas pasa por que también se encargue de poner el dinero para el refuerzo del gasto en defensa, un compromiso clave con la guerra en Ucrania a las puertas del continente.
La exvicepresidenta ya se ha comprometido a, dentro del objetivo de mantener la estabilidad financiera de la institución -que cuenta con una calificación de triple A, lo que le permite dar crédito en muy buenas condiciones-, «reforzar la industria europea de seguridad y defensa; nuestra capacidad defensiva y también disuasoria», sobre todo mediante fondos a disposición de investigación y desarrollo de tecnología de doble uso (militar y civil), pero no en material armamentístico.
En concreto, la financiación se está destinando al tecnología de reconocimiento y vigilancia, protección del espectro y control, así como soluciones de ciberseguridad, infraestructura y movilidad militar. Todo, dice el BEI en su página web, diseñado para «impulsar proyectos que mantengan a Europa a salvo, resiliente e innovadora». La entidad, sí o sí, va a ser fundamental en la próxima legislatura ya que muchos socios, como los socialistas españoles, ven en esta institución la clave de bóveda para los retos europeos en la siguiente década.
Este apoyo del PSOE a la institución se entiende como un espaldarazo más a Calviño, que se está labrando un perfil propio en instancias europeas, y un refuerzo a la presencia española en los puestos de responsabilidad de los Veintisiete. Calviño, con todo, ha querido distanciarse de ese ‘colmillo’ político que desarrolló desde su ascenso a vicepresidenta primera del Gobierno español. En un reciente desayuno informativo en Bruselas rehusó comentar la actualidad política española, preguntada por las elecciones catalanas.
Sí quiso subrayar la importancia de tener unas cuentas actualizadas para 2024 en su primer acto oficial en España como presidenta de la institución y antes de que el Gobierno se resignara a no presentar un proyecto de Presupuestos para este año. En el Ejecutivo, con todo, saben que cuentan con una voz clave en el entramado europeo. Y también español, ya que al BEI se ha encomendado la gestión de 20.000 millones de euros de los fondos europeos, un instrumento que debería estar en marcha en las próximas semanas.
Un Next Generation 2.0
El PSOE también defiende que el mecanismo Next Generation EU se convierta en un instrumento estructural para la UE, a pesar de que socios como Alemania ya han rechazado de plano nuevas emisiones de deuda conjunta más allá de 2026, cuando finaliza el programa de los fondos europeos.
«Consideramos necesario que instrumentos como el NGEU, para financiar bienes públicos europeos, como el SURE, para complementar la política estabilizadora de los presupuestos nacionales, se mantengan de manera estructural», apunta el programa de los socialistas.
En este sentido, el PSOE propone la creación de un «Fondo Europeo de Inversiones», con una arquitectura similar a la de los fondos Next Generation, ya que también estaría financiado con deuda mancomunada emitida por los Veintisiete. Este instrumento daría «continuidad a los esfuerzos compartidos para acometer las transiciones verde y digital», pero también a aquellas vinculadas con los ámbitos de la seguridad y la defensa.
No son los únicos. Sus socios de coalición, Sumar, también son conscientes de la importancia que ha tenido este programa para la economía española y lo fundamental que va a resultar contar con esta financiación ‘barata’ procedente de Europa de cara al futuro. Es por eso que también incorporan en su programa la creación de una «Agencia Europea de Inversión», con los mismos objetivos: «financiar las inversiones necesarias para abordar las transiciones ecológica y digital, aumentar la autonomía estratégica de las economías europeas y asegurar que estos procesos se llevan a cabo de forma justa, reforzando la cohesión social. Proveerá a la Unión Europea de una capacidad fiscal central y permanente con la que garantizar bienes públicos europeos (energía, medioambiente, infraestructuras, salud y seguridad)».