El drama económico del campo: pierde 30.000 empleos con caídas del PIB de hasta el 20%

La «asfixia» que siente el sector del campo, en sus propias palabras, se puede ver con claridad a través de los datos. Los efectos de la sequía, de la burocracia y del choque inflacionario a raíz de la guerra de Ucrania, con incrementos en costes fundamentales como los fertilizantes o el combustible, se están cobrando su efecto en el tejido productivo, con pérdidas de empleo y también recortes en la actividad.

Los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el INE muestran que, en los últimos cinco años, el empleo en este sector ha disminuido. Si en 2019 había un total de 797.300 ocupados en el campo, de media anual, en 2022 eran 774.800. Pero es que, a la luz de la última oleada y tomando como referencia el promedio de 2023, el sector del campo ha perdido otros 30.000 puestos de trabajo en solo un año: hasta 742.625, en concreto.

De hecho, el campo fue el gran perjudicado por la subida de los precios de los alimentos y los agricultores vieron cómo sus márgenes se redujeron hasta 30 puntos, en comparación con 2019, si atendemos a la información del Observatorio de Márgenes Empresariales que elabora el Ejecutivo. Unas pérdidas de lo que se gana por cada venta que también comparten la industria agroalimentaria y los supermercados, aunque la agricultura, por su carácter estacional, es mucho más volátil. A la vista está: en el tercer trimestre de 2023, el último del que hay registros, el margen despuntó 20 puntos por encima del nivel de 2019.

«Asfixia» por la burocracia en el campo

La sensación general de las principales organizaciones agrarias es de «asfixia», así lo expresaron los representantes de Asaja, UPA y COAG tras la reunión con el ministro del ramo, Luis Planas, en la que todas coincidieron en resaltar un exceso de burocracia en las políticas agrarias que dificulta la gestión de las explotaciones agrícolas.

De las cuales cada vez hay menos: si en 2019 había 116.108 empresas del primer sector registradas ante la Seguridad Social, en 2023 eran solo 107.403. Una ligera mejoría con respecto a un año antes, cuando eran 106.401, pero sin recuperarse aún de los efectos de la pandemia sobre el tejido productivo. En cuanto a la figura del autónomo, con gran peso en el sector primario, esta se ha recortado en más de 2.000 en el último año, según el registro de afiliación, mientras que hay casi 29.000 afiliados menos en el Sistema Especial Agrícola.

El Ejecutivo asegura compartir algunas de las demandas del campo, habiendo ya hecho algunos avances en reivindicaciones históricas, como el refuerzo en la ley de la Cadena Alimentaria para prohibir las ventas a pérdidas.

El Gobierno ha destinado 4.000 millones en ayudas

Fuentes del Ministerio de Agricultura detallan que el apoyo económico en los últimos dos ejercicios al sector ha sido de más de 4.000 millones de euros, entre medidas de apoyo laborales, fiscales o ayudas directas.

Ahora bien, el sector ha sufrido de primera mano las crisis derivadas de la pandemia y la guerra de Ucrania. Según datos de la Contabilidad Nacional, el primario sufrió pérdidas interanuales cercanas al 20% a finales de 2022. Descensos en la actividad que se mantuvieron durante la primera mitad del año y que a finales de 2023 volvieron a terreno positivo, pero sin terminar de compensar todo lo perdido. Así, la actividad en el campo avanzó un 0,3% en el último trimestre del pasado año… pero es que solo un año antes se había dejado un 19,3%.

El campo, además, es uno de los principales motores del sector exterior: se exportan mercancías por valor de 70.185 millones de euros, con una balanza comercial positiva de 14.900 millones de euros.

¿Cómo afectará la sequía si sigue siendo tan persistente, con un mes de enero excepcionalmente caluroso? De momento, a cierre del año pasado, los seguros agrarios abonaron indemnizaciones por valor de 1.423 millones de euros, más del 50% respecto a 2022.