El contador de la deuda pone rumbo a los 1,37 billones por el Covid-19
El escenario del FMI apunta a un incremento del 15% de la deuda en dos años, que significarÃa añadir cerca de 180.000 millones a esta mochila
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pintado un futuro muy complicado para las finanzas españolas por la crisis del coronavirus. Si las drásticas previsiones del fondo se cumplen tanto en términos de caída del PIB, como de endeudamiento, dentro de dos años la deuda bruta del estado español se acercaría a los 1,37 billones; un 15% más que al cierre 2019.
Financiar los costes sanitarios y de protección social de la pandemia en el escenario económico que dibuja el FMI supondría elevar la deuda en circulación en más de 180.000 millones en dos años. La parte más importante del incremento se asumiría en 2020.
Según el organismo, este ejercicio el déficit español alcanzará el 9,5% y el endeudamiento el 113,4%, lo que supondría elevar la deuda en casi de 110.000 millones.
La reactivación esperada para el 2021, que se estima de un 4,3%, ayudará a moderar el crecimiento del endeudamiento, aunque todavía obligaría a elevar la proporción de deuda al 114,6%, en parte para financiar el déficit, que persistirá, aunque se reducirá al 6,7% según la institución que lidera Kristalina Georgieva.
El FMI ha tomado de partida para su análisis el nivel de endeudamiento con el que España cerró 2019, y que fue del 95,5% del PIB, al despedir el ejercicio en los 1,189 billones, según el Banco de España.
En manos de lo que finalmente haga el PIB
La evolución de la economía será clave para confirmar, o no, los negros augurios del Fondo Monetario Internacional. Las finanzas españolas llegan tocadas a esta crisis, ya que las cifras de endeudamiento son altas, pero las estimaciones del impacto real de la crisis es todavía incierto, y el nivel de endeudamiento estará ligado con la resistencia del PIB español en 2020, o con una reactiva más significativa en 2021. Evitar que el paro se dispare a los niveles que maneja el fondo moderaría la factura a pagar vía prestaciones y mejoraría la recaudación.
Hasta el momento, buena parte de las estimaciones que se habían ido presentando relacionaban sus estimaciones con la duración de las medidas de cierre económico del estado de alarma; utilizando estimaciones de máximos y de mínimos. El FMI se ha acercado con las suyas más al vértice negativo, que al positivo, aunque coincidiendo por ejemplo, con las que un día antes había adelantado Carlos Torres.
El FMI habría dado la estimación más negativa hasta el momento, que, por lo pronto ya se ha trasladado en un incremento de la prima de riesgo de la deuda española, aunque sigue por debajo de los máximos del año, que marcó el 18 de marzo, en los 148 puntos básicos; justo antes de que el BCE anunciara compras de deuda por hasta 750.000 millones para enfrentar la crisis económica provocada por el Covid-19.
El PSOE y Unidas-Podemos han sido muy críticos con las medidas de contención del gasto que tuvo que asumir España tras la inyección de capital al sector financiero español en 2012, que llegó tras la resaca de la crisis de 2008-2009. La euda ha pasado del 69,9% al 95,5% entre 2011 y 2019, y una expansión mayor, previsiblemente, podría volver a exigir esfuerzos extra en materia de gasto.
Por el momento, la financiación es más barata en términos de intereses para España de la que tiene en cartera -las colocaciones en marzo se realizaron co un rendimiento medio del 0,404 frente al 2,133 que pagamos por la deuda viva-, pero desde que se decretara el estado de alarma, ya se ha encarecido. El recurso podría ser recurrir a fondos del MEDE, que el Eurogrupo ha optado por pero el Gobierno no quiere ni oír hablar de ello por el recuerdo del rescate.