Derrota inédita de Garamendi (CEOE), que pierde una votación clave para hacerse con Cepyme

Empresarios cercanos a Garamendi entienden la decisión de Cepyme como una "declaración de guerra" y apuntan a que se podría impugnar.

Antonio Garamendi (CEOE) y Gerardo Cuerva (Cepyme)

Antonio Garamendi (CEOE) y Gerardo Cuerva (Cepyme)

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Derrota sin paliativos de Antonio Garamendi. El presidente de la CEOE, pese a las maniobras de los últimos días, ha perdido una votación clave para hacerse con el control de Cepyme, ahora bajo el mandato de Gerardo Cuerva, presidente al que el dirigente vasco quiere desalojar en las próximas elecciones. La Junta Directiva de Cepyme ha aprobado este martes modificar el reglamento de régimen interior para prohibir el voto delegado en las elecciones a la patronal de pymes que deben convocarse en unos meses. El voto delegado era la herramienta con que contaba Garamendi para poder imponer un candidato a su medida y forzar la derrota de Gerardo Cuerva.

Es la primera vez en los últimos años, desde que Antonio Garamendi preside CEOE, que el dirigente vasco no ha podido imponerse desde la posición de mando que ostenta a corrientes alternativas o críticas en el seno de la patronal. Sin embargo, fuentes cercanas al máximo representantes de los empresarios, sostienen que lejos de amilanarse, supone una auténtica declaración de guerra donde los de Garamendi van a echar toda la carne en el asador.

Victoria de Cuerva: Garamendi declara la guerra

La primera victoria es para Gerardo Cuerva, y la primera derrota para Garamendi, pese a desenfundar en los días previos todo el arsenal del aparato de la CEOE (Fátima Báñez, presidenta de la Fundación, incluida) para convencer a los electores de la Junta Directiva de Cepyme de rechazar la modificación del reglamento de régimen interior para eliminar el voto delegado.

Empresarios cercanos a Garamendi afean a Gerardo Cuerva que esta votación en concreto fuera rechazada en la reunión del Comité Ejecutivo de Cepyme y, pese a ello, fuera sacada a votación por sorpresa en la Junta que se celebró a continuación, cuestión que apuntan se podría impugnar. Igualmente, acusan a Gerardo Cuerva de querer realizar una modificación estatutaria para prohibir el voto delegado, precisamente haciendo ‘abuso’ del voto delegado, como presuntamente sucedió en la noche de este martes.

Comunicado de Cepyme, anunciando la derrota de Garamendi
Comunicado de Cepyme, anunciando la derrota de Garamendi

Sea como sea, esta primera escabechina ha ahuyentado a cualquier dirigente patronal del centro o de las posiciones de consenso. Desde el entorno de Garamendi se expone que las «tretas» en la Junta de Cepyme «son una declaración de guerra» de Gerardo Cuerva, que será contundentemente contestada con la presentación de un candidato alternativo, acompañado de otros miembros del ámbito de CEOE y Cepyme. «Cuando se presente nuestro candidato, Gerardo Cuerva no va a presentarse; no va a haber ni elecciones», sostienen desde el entorno de Garamendi.

«No vamos a dejar que Cuerva pase ni un solo en día en funciones», añade el entorno de Garamendi. Eso significa que desde CEOE van a esmerarse en que la convocatoria electoral de Cepyme, que debe realizarse a partir de marzo, no se prorrogue más allá, en incluso se lleve hasta finales de 2025, como se había especulado. Desde el entorno de Cuerva, la idea es que las elecciones se celebren en mayo o junio, tras convocarlas en marzo. Una extensión de dos meses que podría ser incompatible con las exigencias de la cúpula de CEOE.

Origen de la guerra Garamendi-Cuerva

Garamendi comunicó este enero de que no contaba con Gerardo Cuerva para el próximo mandato de Cepyme; le instó a retirarse en favor de un candidato afín a la cúpula de CEOE y le ofreció un puesto de dirección en CEOE Internacional. Sin embargo, Cuerva no aceptó las presiones y comunicó su intención de mantener su candidatura en las futuras elecciones de Cepyme aun sin el favor de Garamendi. En ese momento, implosionó la (mala) relación entre ambos mandatarios, que se remonta a 2022, en las elecciones a la patronal CEOE.

Ocurra lo que ocurra en los próximos tres meses, los dirigentes patronales dejan vía libre al Gobierno y su política económica antiempresa. La división en CEOE supone un importante espaldarazo tanto para la vicepresidenta Yolanda Díaz como para el presidente, Pedro Sánchez, que van a poder desarrollar su agenda de SMI, reducción de jornada laboral y subidas impositivas sin la acción coordinada de las voces patronales.

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