El Gobierno confía en aprobar el déficit en el Congreso antes del bloqueo en el Senado
El Ejecutivo busca alternativas legales para que la proyección del déficit pueda esquivar el voto en contra del PP en la Cámara Alta y poder presentar los Presupuestos
Esta semana los diputados abrirán dos carpetas vitales para la aprobación de los Presupuestos: la proyección de déficit para 2024-2026 y el techo de gasto de este año. A pesar del retraso en presentar estas proyecciones, el Ejecutivo confía en su visto bueno en el Congreso de los Diputados, si es que los partidos independentistas no votan en contra, como amenazan con el decreto ómnibus con medidas anticrisis.
La demora en presentar los Presupuestos se ha debido a la convocatoria a elecciones generales el pasado 23-J y la formación de Gobierno al límite de la fecha legal, pero la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confía en culminar a finales de marzo o principios de abril, informa EFE.
Déficit del 3 % del PIB
El Gobierno proyecta reducir el déficit público al 3 %del PIB en 2024, para encajarlo en las reglas fiscales europeas, y avanzar en su reducción para el año siguiente al 2,7 % del PIB, y reducirlo dos décimas más en 2026, hasta el 2,5 % del PIB.
Por lo que respecta a la deuda, la senda de estabilidad prevé que cierre en el 106,3 % del PIB en 2024, el 105,4 % del PIB en 2025 y el 104,4 % del PIB en 2026.
El límite de gastos, clave para los Presupuestos
Junto a la senda de estabilidad, el Gobierno presenta a las Cortes el límite de gasto no financiero o techo de gasto de 2024, que no se somete a votación, y que se sitúa en un máximo histórico de 199.120 millones, un 0,5 % más que en 2023.
Este techo de gasto incluye 9.905 millones de fondos europeos -de eliminar este factor sería de 189.215 millones, un 9,3 % más- y 5.350 millones de la prórroga de parte de las medidas antiiflación, como la extensión de la supresión del IVA para productos básicos o la gratuidad del Cercanías.
El esperado bloqueo en el Senado
Aunque se espera la aprobación de estas proyecciones por parte del PSOE y sus socios, la tramitación podría complicarse en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta y ya ha mostrado su intención de usarla para vetar los nuevos objetivos.
Según precisa EFE, este rechazo constituye un escollo importante, ya que la Ley de Estabilidad exige la aprobación de la senda en ambas cámaras sin que el Congreso pueda levantar el veto del Senado, como ocurre con las demás leyes. Y en este momento no hay ningún objetivo aprobado porque las reglas fiscales llevan suspendidas desde 2020.
Una vez que se consume el veto, el Gobierno tiene 30 días para presentar una nueva senda de estabilidad, que previsiblemente también será rechazada por el Senado, lo que, aparentemente, conllevaría un bloqueo del proceso presupuestario.
El plan B del Gobierno
Sin embargo, el Gobierno argumenta que un informe de la Abogacía del Estado avala que se presenten los Presupuestos de 2024 aunque no haya senda de estabilidad aprobada, siempre que se haya cumplido el requisito de presentar dos paquetes de objetivos.
De llegar a este extremo, las cuentas tendrían que basarse en los objetivos de déficit enviados a Bruselas en abril en lugar de en las nuevas metas propuestas, que aunque no varían en términos globales (3 % del PIB), sí lo hacen en la distribución entre subsectores.
Recurrir a los objetivos de abril supondría, en la práctica, exigir un mayor esfuerzo a comunidades autónomas, que tendrían que cerrar 2024 en equilibrio en lugar de con una décima de déficit, y ayuntamientos, que tendrían que registrar dos décimas de superávit en lugar de equilibrio.
Por ello, el Gobierno insiste en pedir al PP que no bloquee la senda de déficit, ya que esto perjudicaría también a las comunidades autónomas y ayuntamientos que gobierna y que ya cuentan con presupuestos aprobados conforme a unos objetivos de déficit más flexibles.