Actualizado
Ralentización económica, déficit, inflación, fondos UE y… Yolanda Díaz: los retos del nuevo ministro de Economía
La vicepresidenta primera, que hoy sale del Gobierno para irse a dirigir el BEI, deja sobre la mesa asuntos clave para su sucesor en la cartera de Economía. El principal: el frenazo de la actividad
«Nosotros tenemos a Nadia y ellos a nadie». El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo una campaña a cara de perro para evitar una victoria de las derechas el 23 de julio que lo echara de La Moncloa. El bloque de la derecha, liderado por el PP, ganó, pero fue incapaz de formar una mayoría que expulsara al líder socialista del Gobierno. Y uno de sus principales activos fue precisamente la vicepresidenta que hoy abandona el Gobierno: Nadia Calviño.
Sánchez ha apurado hasta prácticamente el último día la designación de un nuevo titular de Economía, obligado por la elección de Calviño como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), un puesto que debe asumir el 1 de enero de 2024. Este viernes a las nueve de la mañana dará el nombre del economista de prestigio, según confesó en corrillos informales, que sustituirá a la vicepresidenta primera, el nombre que tendrá que hacer el hueco del «nadie», toda vez que la referente económica del Gobierno abandona tras cinco años y medio de mandato.
El balance, pandemia mediante, es agridulce. España ha recuperado el nivel prepandemia antes de lo esperado (en el tercer trimestre de 2022), pero la inflación, el déficit y la deuda se encuentran en una situación mucho más preocupante que tras la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, en junio de 2018. Sí, el escudo social -prorrogado esta semana- contra la pandemia y los efectos de la guerra en Ucrania han tenido mucho que ver. Eso en el debe, porque en su haber se pueden esgrimir los fondos europeos Next Generation EU, que surgieron de una propuesta diseñada por la propia Calviño, y la transformación económica del país en los últimos años, a pesar de -o gracias a- los efectos de la enfermedad.
A futuro, el sustituto de Calviño -todo indica que el Ministerio perderá el rango de Vicepresidencia- tendrá que hacer frente a la desaceleración que ya está experimentando la economía. Si bien este año el crecimiento del producto interior bruto (PIB) cerrará en el entorno del 2,5%, para el año que viene se espera un frenazo mayor: el Banco de España prevé un avance del 1,6%, mientras que el Gobierno, en su último cuadro macroeconómico, apunta a un alza del 2%.
Desatascar los fondos europeos
Para evitar el gripazo el nuevo titular de Economía tendrá que desatascar la ejecución de los fondos europeos. Según los últimos datos, se han licitado ya 33.600 millones de euros, prácticamente el 90% de los 37.000 millones ya recibidos, habida cuenta de que ha habido un retraso considerable en solicitar el cuarto pago, de 10.000 millones de euros, que llegarán ya entrado 2024. Sin embargo, el programa total de inversiones del Plan de Recuperación abarca 126.000 millones más, por lo que habrá que engrasar la maquinaria para que el paquete completo llegue al tejido productivo y no se deje ni un euro sin gastar.
Además, la nueva cara económica tendrá que hacer frente a la interlocución con Bruselas justo en plena reactivación de las reglas fiscales. El Gobierno se ha comprometido a reducir el déficit al 3% el año que viene, pero el último paquete fiscal de medidas anticrisis pone en riesgo la consecución de ese hito. Además, la deuda pública seguirá por encima del umbral del 100% del PIB en los próximos años, suponiendo una pesada carga de cara a los inversores.
Encima de la mesa estará también el papel de ser el ‘poli malo’ del Gobierno. Aunque todo parece que será María Jesús Montero, vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda, quien tomará las riendas de la economía en el Ejecutivo, quien sustituya a Calviño tendrá que confrontar con las posiciones de Yolanda Díaz, como ha venido haciendo la vicepresidenta primera durante la anterior legislatura.
Con un esperado perfil más bajo, el responsable de Comercio y Empresa también tendrá que hacer frente a dos problemas fundamentales. Uno, la relación con la banca, muy deteriorada a causa de los impuestos y de la cruzada del Ejecutivo, con Sánchez a la cabeza. A eso se suma una de las carpetas que Calviño ha puesto encima de la mesa: la accesibilidad bancaria en la España rural y también para los mayores, con Carlos San Juan a la cabeza. En el archivo de la banca también estará las medidas para aliviar las subidas hipotecarias, aunque el euríbor ya está avanzando un respiro en los próximos préstamos.
Y el segundo problema, con la Empresa de nuevo en el nombre del Ministerio, será arremangarse para hacer frente a los problemas de productividad del país, muy influidos por el pequeño tamaño de las compañías. Aquí, la relación con las patronales será fundamental.
Nadia Calviño deja el Gobierno tras cinco años y medio de mandato dejando un hueco muy difícil de llenar a la vera de Sánchez. Si tenía a Nadia, ahora tiene a nadie. Al menos, hasta que desvele el recambio.