Cuerpo deja fuera de su primera cita con Calviño la firma de la cesión al BEI de 20.000 millones
El ministro de Economía y la presidenta del BEI mantuvieron una "productiva reunión", sin ponerse aún en marcha el fondo para inversiones en CCAA
La primera reunión oficial entre Carlos Cuerpo, ministro de Economía, y Nadia Calviño, su antecesora y ahora presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), se cerró sin un trámite necesario que unirá a ambos organismos, más allá de su trayectoria profesional: la firma de la cesión de 20.000 millones de euros de los fondos europeos españoles a la entidad.
La Adenda al Plan de Recuperación que negoció Calviño durante su mandato como vicepresidenta primera contemplaba la creación de una docena de fondos para vehicular el grueso de los préstamos procedentes de Bruselas. Más de 66.000 millones de euros, en total. Y, en concreto, el Fondo de Resiliencia Autonómica, dotado con 20.000 millones de euros, será gestionado por el BEI.
Pero, para eso, el Gobierno ha de firmar un Acuerdo de Implementación con el BEI que no se ha rubricado, reconocen fuentes de Economía, y tampoco hay un plazo previsto para que esto se produzca. De acuerdo con el documento negociado con Bruselas, este hito debería haberse producido a finales del año pasado, pero la interinidad del Ejecutivo y la propia posición de Calviño, que aspiraba a la presidencia del BEI, retrasó su cumplimiento.
Calviño dejó preparada la autorización para Cuerpo
Los 20.000 millones encomendados al BEI servirán para la concesión de préstamos y otros instrumentos financieros para inversiones sostenibles en áreas prioritarias de inversión y enfocadas a las Comunidades Autónomas. En concreto, detalla la Adenda, esta inversión milmillonaria se enfocará en vivienda social y asequible y regeneración urbana; transporte sostenible; competitividad industrial y de las pymes; investigación, desarrollo e innovación; turismo sostenible; economía de los cuidados; y gestión de las aguas y residuos y transición energética.
La «fructífera reunión«, en palabras de Calviño, ha sido tratada como una primera toma de contacto para ambos dirigentes. Para la presidenta del BEI, se trata de la parada madrileña en su tour por cada una de las capitales de los estados accionistas del brazo inversor de la UE. Para Cuerpo, se trata de la carta de presentación ante los principales actores con los que tendrá que tratar. Precisamente esta semana el Consejo de Ministros aprobaba su nombramiento como gobernador del BEI y también del MEDE, dos posiciones clave en la arquitectura financiera comunitaria.
El citado acuerdo de implementación no es un documento sencillo. En primer lugar, tiene que definir que decisiones iniciales sobre las inversiones del fondo serán adoptadas por el Grupo BEI de manera independiente al Gobierno español. Además, se tendrá que detallar la clase de productos financieros y cuáles serán sus destinatarios finales, con el requerimiento de que todas las inversiones deban ser económicamente viables. También ha de detallar cuáles serán las tarifas para el BEI y los mecanismos de control y auditoría.
En la línea de las políticas climáticas a las que está dirigido el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de donde proceden los fondos, al menos la mitad de este instrumento financiero ha de destinarse a inversiones contra el cambio climático. El documento determinará que será el propio BEI quien escoja a los intermediarios financieros, con quienes firmará acuerdos de financiación.
Antes de irse a Luxemburgo, Calviño dejó todo preparado para que su sucesor, Cuerpo, pudiera firmar esta clase de acuerdos con la institución. El artículo 13 del último real decreto-ley de medidas anticrisis recoge la autorización para firmar los acuerdos con el Grupo Banco Europeo de Inversiones y para las aportaciones de fondos al Fondo de Resiliencia Autonómica.
Calviño diseñó el fondo justo antes de anunciar su candidatura
«Se habilita a la Ministra de Economía, Comercio y Empresa para dictar los actos necesarios y para firmar los acuerdos con el Banco Europeo de Inversiones y el Fondo Europeo de Inversiones en los que se establezcan los términos en que se realicen las aportaciones de fondos y las condiciones de pago», recoge la norma, ya validada en el Congreso.
La adscripción del Fondo de Resiliencia Autonómico al BEI fue una de las principales novedades en el documento que el Ejecutivo envió a Bruselas a principios de junio. En el borrador que presentó a finales de año se contemplaba un fondo similar -Fondo de Inversiones Sostenibles de las Comunidades Autónomas-, pero esa encomienda al brazo inversor de la UE no aparecía.
Fuentes gubernamentales explicaron entonces que el BEI era el organismo adecuado para gestionar un programa de ese tamaño ya que se trata de «una institución de gran potencia que tiene una larga trayectoria de relación con las comunidades autónomas españolas, de financiación de proyectos públicos, privados, y un conocimiento y una capacidad técnica muy acreditada para poder colaborar con el Gobierno español». De hecho, de acuerdo con estas fuentes, el objetivo es que el propio BEI asuma el «reto especial» de que la financiación fluya a las comunidades autónomas y también pueda cofinanciar algunos de los proyectos que se nutran de los fondos europeos, lo que le dé más capacidad de inversión y transformación a la herramienta.