Barcelona inicia la temporada de cruceros con la oferta estancada y en plena polémica por la saturación
El Port recibirá apenas un 1% de buques más este año, tras un 2023 de récord de movimientos de pasajeros
Pistoletazo de salida a la temporada de cruceros en Barcelona con la oferta estancada. En medio de las constantes polémicas por la presunta saturación turística que generan, el Port de Barcelona recibirá este año 870 buques turísticos, apenas 10 más que en 2023, según las previsiones de la infraestructura portuaria analizadas por Economía Digital.
Tras registrar un récord histórico de movimiento de cruceristas en 2023, este año llegarán a Barcelona un 1% más de barcos que durante el ejercicio pasado. La gran mayoría lo harán durante la temporada alta del sector, que se inicia este mes de abril y termina en octubre. Durante esta época, atracarán en la ciudad condal cerca de 680 barcos turísticos, unos 10 más que en el mismo periodo de 2023.
Este mismo mes de abril, llegarán al Port 90 buques, la misma cifra que en 2023, aunque mayo será el mes fuerte de la temporada primaveral, con 110 naves. Octubre se consolida con el mes de más actividad, con 125 buques, respecto a las 120 que atracaron en la capital catalana en el décimo mes del año 2023.
Un centenar de buques a finales de año
Fuera de temporada, llegarán a Barcelona unos 120 barcos en noviembre y diciembre, un 16% más que en 2023, en un esfuerzo de desestacionalizar la operativa. Sin embargo, los primeros meses del año fueron más flojos, con 66 cruceros entre enero y marzo, frente a los 84 que atracaron en la ciudad en los mismos meses de 2023.
Como ya es tradición, MSC Cruceros, Costa Cruceros y Royal Caribbean se consolidan como los reyes de El Port, ofreciendo entre las tres navieras cerca de 500 cruceros, casi el 60% de toda la programación. Costa Caribe, a los que se suman las travesías de las marcas propiedad del imperio Carnival Cruises como Princess Cruises, traerá Barcelona más de 200 cruceros, de los cuales 148 están operados por Costa. MSC suma 200 más, mientras que Royal se queda con unas 100 travesías.
Aunque por poco, está oferta supone mejorar las previsiones de cruceros hechas a principios de 2023, cuando se pronosticó la llegada de unos 860 barcos. Finalmente, atracaron en el puerto 802 naves, por cambios en la operativa de las navieras. En cualquier caso, ese año se anotaron un récord histórico de 3,5 millones de viajeros, de modo que dependerá de la evolución de la demanda batir esta cifra.
Las previsiones para el sector turístico a nivel global no hacen más que mejorar, sobre todo teniendo en cuenta la apertura definitiva de algunos mercados intercontinentales, todavía limitados por la pandemia en 2023. Por este motivo, todo apunta a que este 2024 se igualará o incluso aumentará el número de viajeros.
Límites a los cruceros
La llegada de cruceros suscita cierta polémica en Barcelona, acusados de saturar la ciudad de turistas, dado que permiten el acceso de miles de viajeros en cuestión de horas. El anterior gobierno municipal encabezado por Ada Colau amenazó en varias ocasiones con limitar el número de barcos que podían atracar en la ciudad en un solo día, pero la Generalitat se decantó por no imponer restricciones..
Tras las elecciones, el ejecutivo de Jaume Collboni ha mantenido una línea similar defendiendo recientemente en una entreviste en el Diari Ara que la ciudad no puede “absorber más cruceros”. El edil siempre ha abogado por impulsar los cruceros de puerto base, aquellos que inician o acaban su recorrido en Barcelona y favorecen que los viajeros permanezcan en la ciudad un par de días, gastando dinero en los negocios locales; frente a los de escala, cuyos pasajeros apenas pasan unas horas en la localidad, dejando poco retorno.
En una línea similar se posiciona El Port de Barcelona, cuyo presidente, Lluís Salvadó, abogó durante la presentación de resultados de la autoridad portuaria por “incrementar los cruceros con puerto base en Barcelona y los más pequeños, de mayor valor añadido». «Queremos incrementar más la calidad que la cantidad”, concluyó.
Los cruceros volvieron a levantar polémica la semana pasada, cuando se anunció que El Port había adjudicado a Royal Caribbean la construcción de la séptima terminal de cruceros, con la previsión de que esté operativa en 2027. La portavoz de Barcelona en Comú, Janet Sanz, cargó contra el gobierno municipal por esta licitación y volvió a reclamar la limitación a la llegada de barcos y cruceristas.
Laia Bonet, primera teniente de alcalde, le recordó que fue precisamente el ejecutivo de los comuns quien firmó el acuerdo con la administración portuaria para instalar nuevas terminales en 2018. “Los comunes no se atrevieron a limitar ni la dimensión de las nuevas terminales, ni el número de cruceros, ni el número de cruceristas», indicó.