Las dos caras del gasto tras la pandemia: cae un 3,4% el de los hogares y crece un 11% el del Estado
El consumo real per cápita sigue dos puntos por debajo de los niveles prepandemia. En comparación con el principio del siglo, apenas ha crecido un 7%
La pandemia del COVID-19 aún tiene efectos sobre la economía española. A pesar de que el nivel del producto interior bruto (PIB) se recuperó ya en 2022, todavía hay dos componentes que han experimentado una pírrica evolución en los cuatro últimos años. No solo la inversión, que sigue lastrada a más de cuatro puntos. También el consumo privado, que apenas es una décima superior al nivel de finales de 2019.
Los otros tres componentes del PIB, por la vía de la demanda, ya cerraron 2023 en niveles bastante superiores a los del periodo prepandemia, de acuerdo con un análisis de Funcas en su último informe de previsiones económicas para este año y el siguiente. Las importaciones son casi un 5% superiores, por un 7% de las exportaciones, lo que muestra la buena evolución del sector exterior.
Pero el consumo público, el de las Administraciones, se ha disparado en ese mismo periodo un 10,9%, impulsado por el gasto contra la pandemia y por la reversión de muchos de los recortes que se aplicaron la década pasada. Este ha sido uno de los motores del crecimiento en los últimos años, y fue la clave para que en 2023 se produjera una aceleración de la actividad: de los 2,5 puntos porcentuales que avanzó el PIB el año pasado, 0,8 se pueden explicar gracias a los desembolsos estatales.
Ahora bien: frente a esta evolución virtuosa del gasto público, se encuentra la del consumo privado. Formalmente es una décima superior a los niveles prepandemia, pero este avance se explica por un factor demográfico. «Debido al crecimiento de la población, el consumo real per cápita sigue siendo inferior al de 2019, en un 2%. Si nos fijamos en el consumo real por hogar, el descenso con respecto a 2019 es incluso mayor, un 3,4%», apuntan los expertos de Funcas en el informe.
¿Qué ha sucedido en el mismo periodo? Que la Renta Bruta Disponible ha avanzado un 18,2%, mucho más que los precios, debido al crecimiento del empleo, de las subidas salariales y también a la revalorización de las pensiones. Esto implica que, al tiempo que caía el consumo real per cápita, aumentaba la renta, lo que se ha traducido en un aumento del ahorro. «El ahorro per cápita ha aumentado, y también la tasa de ahorro, que en 2023 se situó en el 11,7% de la RDB, frente al 8,2% en 2019», señalan.
Si ampliamos el foco a principios de los 2000, el consumo real per cápita en la actualidad sigue muy por debajo de los niveles de 2007, en plena burbuja inmobiliaria y cuando la deuda privada de hogares y empresas se disparó para financiar esa elevada tasa de gasto. En 2007 el consumo real per cápita era un 14% superior al del inicio del siglo, y la RDB real per cápita era casi un 10% superior, mientras que en 2023 la primera variable supera en un 7,2% el nivel del año 2000 y la segunda lo supera en un 10,6%.
«No debe olvidarse que en 2007 el endeudamiento de los hogares suponía el 134% de su RDB, frente a un 76,5% en el tercer trimestre de 2023, y que en aquel año los hogares presentaban una elevada necesidad de financiación –un déficit financiero– equivalente al 6,2% del PIB, mientras que en 2023 registraron una capacidad de financiación –un excedente financiero– del 2,9% del PIB», concluyen.