Con las hipotecas actuales, ¿alquilar es tirar el dinero?
¿Es cierta la frase precrisis, que ahora vuelve a ganar popularidad, que dice que "alquilar es tirar el dinero"?
Antes de la crisis solía escucharse mucho la frase «alquilar es tirar el dinero». Recientemente, la consigna ha vuelto a las conversaciones cotidianas de muchas personas, que creen que los altos precios de los arrendamientos y las bajas hipotecas son razones suficientes para comprar una casa.
Ahora mismo, sale más barato pagar las cuotas de una hipoteca que hacer frente a la renta de un alquiler, pero hay restricciones. Como advierten desde el comparador financiero HelpMyCash.com, no todas las personas pueden permitirse adquirir una vivienda, pues no todos tienen las condiciones de solvencia necesarias.
Lo cierto del caso es que para poder decir «alquilar es tirar el dinero» hay que tener cuando menos ahorros, o la posibilidad de usar un dinero adicional además del salario mensual. Sin ahorros, o fondos extraordinarios, lo más probable es que no habrá hipoteca.
Comprar casa: un privilegio
La famosa frase del alquiler suele espetarla una minoría privilegiada que puede permitirse comprar una casa al contado, algo que la gran mayoría de los mortales ni siquiera sueña con lograr; es virtualmente imposible para el grueso de la población pagar una propiedad al contado.
Las hipotecas son la solución a mano para el resto de la sociedad. Los préstamos que otorgan los bancos para financiar este tipo de operaciones cubren un máximo del 80% del valor de tasación o compraventa del inmueble, por lo que será necesario tener ahorrado el 20% del valor de la propiedad para conseguir una hipoteca.
La inscripción de una hipoteca puede tener un coste de hasta el 15% del valor de la vivienda
Pero ese 20% o más no es el único gasto en el que hay que incurrir para obtener un préstamo con estos fines. La escritura e inscripción de la hipoteca y la nueva propiedad tienen un coste que suele rondar entre el 10% y el 15% del valor de la vivienda.
Así las cosas, los ahorros deben ser suficientes no solo para cubrir el 20% del costo de la propiedad, sino también para abonar los gastos de notaría, registro, tasación, gestoría e impuestos (IVA o ITP e IAJD).
Ojo con la evolución del euríbor
Las hipotecas más baratas en la actualidad son a tipo variable; es decir, tienen un porcentaje definido y otro referenciado al euríbor, que en este momento cotiza en números negativos (-0,19% en abril). Pero que esté a la baja no significa que no pueda subir, y esa posibilidad debe tomarse en cuenta en los cálculos previos a firmar la hipoteca.
Cabe preguntarse: ¿Podemos hacer frente a las cuotas en el caso de que aumente el euríbor?
En una hipoteca del Santander, por ejemplo, si se pidiese un préstamo de 100.000 euros a 25 años, con el euríbor actual habría que pagar mensualidades de 368,21 euros a partir del segundo año (376 euros el primer año). Pero si el euríbor subiera hasta el 1% las cuotas pasarían a ser de 421,53 euros.
Es recomendable calcular cuánto se pagaría en varios escenarios del euríbor y comprobar si se podría hacer frente a las mensualidades con un máximo del 35% de los ingresos netos, que es lo que el Banco de España recomienda dedicar como mucho al pago de las deudas financieras.
El viejo arte de la comparación
Desde HelpMyCash, por encima de todas las demás recomendaciones, sugieren consultar las condiciones de todas las hipotecas posibles para así conocer mejor las ofertas de los numerosos bancos y entidades financieras que ofrecen préstamos para comprar una casa.
Aunque los préstamos hipotecarios actuales tengan un interés bajo, muchos bancos cobran comisiones o exigen contratar productos vinculados, por lo que es importante fijarse en todos los puntos de la letra pequeña para no acabar pagando de más.