Collboni fulmina ingresos de 1.550 millones para Barcelona con la prohibición de los pisos turísticos

El alcalde promete eliminar las más de 10.000 viviendas con licencia que hay actualmente en la ciudad en noviembre de 2028

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. EFE/ J. P. Gandul

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Golpe a los pisos turísticos. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, quiere acabar con los más de 10.000 pisos turísticos que hay en Barcelona. Un negocio que la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona cifra en 1.550 millones de euros anuales de impacto económico en la ciudad, según ha podio saber Economía Digital, entre impacto directo (350 millones) e indirecto (1.200).

Ahora, la intención del gobierno municipal es terminar en cuatro años con todos ellos. La medida consistirá en no renovar la licencia que estos necesitan para poder ejercer como alquileres turísticos. De esta manera, estas viviendas pasarán a disposición de los barceloneses, con la intención de incrementar el parque de vivienda residencial y mejorar las condiciones del alquiler en la ciudad condal.

El objetivo es que «a partir de 2029 desaparezca la figura de piso turístico» tal y como se concibe actualmente y se cese completamente la actividad de uso turístico en pisos residenciales, una propuesta que primero deberá ser aprobada con el resto de grupos del consistorio.

La mitad de las pernoctaciones en pisos turísticos son en Barcelona

Las viviendas de uso turístico generan un impacto económico de 1.550 millones de euros anuales en la capital catalana. De estos, 350 millones son directos, y 1.200 millones, indirectos, según los datos de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona. Se trata de un 52% del total del impacto que generan de Cataluña, cerca de 3.000 millones de euros, según el estudio Radiografía de los HUTS en Catalunya, presentado el pasado mes de mayo por la Federación Catalana de Apartamentos Turísticos (Federatur).

Además, Barcelona suma la mitad de las pernoctaciones de los turistas alojados en viviendas de uso turístico, unas 8,8 millones. Y Barcelona, junto con las comarcas de la Costa Brava de l’Alt Empordà i el Baix Empordà, y el Tarragonès, representan tres cuartas partes del total de pernoctaciones registradas en Cataluña, aproximadamente 18 millones.

Una cifra que la ciudad «no se puede permitir»

Extinguir las licencias de los pisos turísticos será posible con la aplicación del Decreto ley aprobado por la Generalitat de Catalunya el pasado 7 de noviembre, que regula las viviendas turísticas en los municipios catalanes con problemas de acceso a la vivienda.

Actualmente, hay 10.101 viviendas de uso turístico con licencia para ejercer su actividad. Una cifra «elevada», según el Gobierno municipal, que la ciudad «no se puede permitir» en un contexto «en que la dificultad de acceso a la vivienda y los efectos de la masificación son evidentes y compartidos».

Por ello, con el decreto de la Generalitat, se pretende «recuperar para el uso residencial» estos pisos. La norma establece que en los municipios con problemas de acceso a la vivienda o que ya tengan más de cinco pisos por cada 100 habitantes, la actividad de viviendas de uso turístico solo es compatible con el uso de la vivienda si lo permite expresamente el planeamiento urbanístico y siempre que se justifique que hay suficientemente suelo para el uso de la vivienda destinada al domicilio habitual y permanente de la población residente.

Barcelona es uno de los municipios donde se podrá aplicar el decreto, y el Gobierno municipal lo hará «con todo su alcance». Así, no impulsaran ningún nuevo planeamiento urbanístico que declare compatible el uso turístico de la vivienda con el de domicilio habitual y permanente y, tal como prevé el decreto, en cinco años desde su entrada en vigor todos los pisos turísticos desaparecerán. Por lo tanto, el noviembre de 2028 Barcelona ya no tendrá ningún piso turístico.

Efecto llamada a los pisos turísticos ilegales

Desde la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona han criticado la medida, pues afirman que los pisos turísticos representan únicamente un 0,77% del total de la vivienda de la ciudad, por lo que es una cifra «que no solucionará el problema de vivienda en la ciudad».

Así, aseguran que la medida «hace evidente el fracaso de las políticas de vivienda de los últimos años». Y alertan que acabar con los pisos turísticos provocará un efecto llamada «a la proliferación de los pisos turísticos ilegales«.

Además, desde la asociación también apuntan que las viviendas de uso turístico representan el 40% del total de alojamientos turísticos en la ciudad, por lo que con su desaparición «se perderá la totalidad del turismo familiar, el cliente principal de este tipo de alojamientos».

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