Collboni sentencia a 5.000 barceloneses que viven de los pisos turísticos con la prohibición
La patronal certifica que la medida del alcalde acabará con los cerca de 365 millones de euros que el sector aporta a las arcas públicas
Ingresos, empleo y recaudación de impuestos. Son algunos de los elementos que se verán afectados por la pretensión del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, de eliminar los 10.101 pisos turísticos que hay actualmente en Barcelona. Una medida que no solo afectará a los 1.550 millones de euros que el negocio deja en la ciudad. También se verán perjudicados los 5.000 trabajadores del sector, así como, en consecuencia, los impuestos municipales que se obtienen de esta actividad.
Son datos de la Associació d’Apartaments Turístics de Barcelona (Apartur), que se ha mostrado muy crítica con la propuesta del Gobierno municipal. Aseguran que su actividad económica da trabajo a unos 5.000 trabajadores de forma directa, sumados a «otros tantos» de forma indirecta.
Por otro lado, acabar con las viviendas de uso turístico supondría dejar de ingresar 365 millones de euros a las arcas públicas del Ayuntamiento, el 9% del presupuesto de este año. Se trata de una estimación hecha por la asociación, que cifra en 3.011 euros al mes el dinero que deja cada piso turístico en Barcelona en impuestos.
Del total de impuestos recaudados, 1.333 euros derivan directamente de la actividad como alojamiento turístico, mientras que 1.678 euros es el impacto fiscal indirecto que proviene de las compras en alimentación, restauración, equipamientos, ocio, cultura y transporte interno, pero sin contar el coste del viaje.
El 3% del PIB turístico catalán
Por otro lado, el negocio de los pisos turísticos deja un impacto económico total de 1.550 millones de euros en la ciudad, según datos facilitados por Apartur a Economía Digital. De estos, 350 millones son directos, y 1.200 millones, indirectos. A nivel de Cataluña, los alojamientos de uso turístico generan cerca de 3.000 millones de euros.
Asimismo, desde Apartur afirman que su actividad aporta cerca del 3% del PIB turístico catalán, además de suponer el 40% del total de alojamientos turísticos de la ciudad de Barcelona. Por ello, destacan las afectaciones indirectas en comercios, restauración y cultura que tienen las medidas restrictivas como la nueva propuesta de Collboni.
Y, por otro lado, se muestran escépticos de su efectividad. El anuncio del Ejecutivo municipal quiere facilitar el acceso a la vivienda de los barceloneses devolviendo los pisos turísticos al parque residencial, pero según la patronal, estos solo suponen el 0,77% del total.