La CNMC lanza la regulación del biometano para liberar 40.000 millones de inversión en España
El regulador español quiere tener listo para el primer semestre del año la regulación del biometano, una tecnología clave para la transición energética
El sector gasista lleva tiempo reclamando mayor apoyo por parte de la administración para el desarrollo de los gases renovables, en concreto, del biometano —con potenciales inversiones de 40.000 M€—. Por fin se dan los primeros pasos. El regulador de los mercados tendrá listo para el segundo trimestre su circular sobre las condiciones de acceso a la red.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado esta semana el calendario de circulares de carácter normativo del sector energético. Es un calendario muy importante para el sector para conocer cuál es el margen disponible para ejecutar sus estrategias.
Junto a las circulares sobre la retribución financiera para las actividades de la distribución y el transporte, uno de los hitos más importantes es que está previsto que para el segundo trimestre de 2024 se haya adoptado los cambios de la Circular 8/2019.
El regulador explica que «se añadirá un nuevo capítulo para incorporar el procedimiento de conexión y acceso del biomentano». Para ello ya se ha lanzado el trámite de información pública.
Esta propuesta de resolución, según el regulador, persigue estandarizar y homogenizar la gestión de las conexiones de las plantas de biometano a las redes de gas natural. De esta forma se posibilita la conexión de manera transparente y no discriminatoria y, en definitiva, facilita la agilización de estos proyectos, prioritarios para los planes de descarbonización en España.
Un gran potencial
Esta situación regulatoria —muy ansiada por el sector— dejará ver todo el potencial del sector del biometano en España. Esta fase del negocio puede generar la potencial puesta en marcha de 2.326 plantas especializadas a lo largo de todo el territorio, con una inversión asociada estimada de 40.500 millones de euros —el equivalente al 3,6% del PIB— y la generación de cerca de 62.000 empleos, entre directos e indirectos, asociados a su operación y mantenimiento.
Una de las claves para el normal desarrollo del biometano es que se trata de un gas renovable de características análogas al gas natural convencional cuya importancia en la transición energética se ha puesto de relevancia especialmente desde el comienzo de la crisis de precios y de suministro derivada de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Desde el sector gasista llevan tiempo insistiendo en que el principal valor de este gas renovable reside en que sus posibilidades de desarrollo son especialmente palpables en sectores de difícil electrificación por la naturaleza de sus actividades y en que permite el aprovechamiento de multitud de residuos.
En cuanto al impacto que tendría dentro de la transición energética, con el desarrollo del biometano, según estiman desde el sector, se evitaría la emisión de 8,3 millones de toneladas de metano que, de otra manera, se liberarían a la atmósfera de forma natural por la descomposición de los residuos reutilizados para generarlo.
El sector lo tiene claro
Los principales actores del sector siempre han tenido claro el papel que podía jugar el biometano. El presidente de Sedigás, Joan Batalla, ha recordado en más de una intervención pública que «el biometano es una solución verde y eficiente en costes para avanzar en la descarbonización que podría generar cerca de 62.000 empleos en un ámbito industrial con un potencial enorme en nuestro país».
El máximo responsable de la patronal de las empresas gasistas recuerda siempre que «no hay que olvidar que su desarrollo está íntimamente ligado al mundo rural, ya que los residuos ganaderos y agrícolas son una de las principales materias primas para su producción».