El Gobierno controlará a la Comisión de Energía para decidir la inversión de 5.000 millones en redes eléctricas
Las redes de distribución serán fundamentales para soportar el ‘boom’ renovable que se avecina, y ahora el Ejecutivo estará muy encima
El Gobierno ya ha puesto en marcha la creación de la Comisión Nacional de la Energía (CNE). Se trata de un pacto de Gobierno junto a sus socios de Sumar, y que nace con un importante cambio con respecto al actual regulador: quedará adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica. Uno de los aspectos más importantes que deberá supervisar son las redes de distribución.
En estos momentos la potestad sobre las circulares de retribución para las actividades reguladas de la distribución y el transporte eléctrico recaían sobre la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Ahora, según consta en el anteproyecto de ley, el ministerio de la vicepresidenta Teresa Ribera se arroga la potestad de influir de manera directa en estas decisiones.
Explican en el documento que «para aquellas propuestas de Circulares de carácter normativo que puedan incidir en los aspectos de política energética y, en particular, (…) de la retribución de las actividades reguladas (…), el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico podrá adoptar las orientaciones de política energética que deberá tener en cuenta la regulación que apruebe la CNE».
Aseveran desde el Gobierno que esto se hace «con el fin de asegurar la consistencia de la regulación y su adecuación a los objetivos y principios de política energética previstos. Las orientaciones de política energética se remitirán a la CNE con al menos un mes de antelación a la fecha prevista para el inicio de la tramitación de la Circular según la previsión del plan de actuación comunicada con arreglo a lo previsto en el párrafo anterior».
Las cantidades destinadas a distribución y transporte están por encima de los 5.000 M€ en la primera actividad, donde Iberdrola, Endesa y Naturgy son los principales afectados, y sobre los 1.500 M€ para el transporte que maneja en régimen de monopolio Red Eléctrica.
En el actual marco retributivo, para el periodo 2020-25, ya hubo rebajas sustanciales cuando se desarrollaron las últimas circulares en 2019. Esta situación es la que ahora queda a expensas de esas «orientaciones de política energética».
Otro marrón para la CNE
Otra cuestión que tiene que revisar la nueva Comisión Nacional de la Energía es el pago de esas retribuciones. Iberdrola, Endesa y Naturgy no están siendo liquidadas en tiempo por su inversión realizada.
Por su condición de monopolio, las redes de distribución están en pocas manos y se sufragan a través de un marco retributivo con dinero público que ejecuta el Gobierno. En paralelo, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) es la encargada de aprobar las resoluciones de retribución. Ambas cosas no están sucediendo.
«El devengo y el cobro de la retribución generado por instalaciones distribución puestas en servicio el año ‘n’ se iniciará desde el 1 de enero del año n+2». Esto significa que Iberdrola, Endesa y Naturgy deberían cobrar por sus inversiones dos años después de haberlas hecho.
Para las empresas ya supone un problema esta situación puesto que están adelantando una inversión para adaptar las redes sin saber cómo será finalmente el marco retributivo.
Todo esto va un paso más allá, y ese ‘n+2’ se convierte en casi un ‘n+5’, según confirman diversas fuentes del sector a ECONOMÍA DIGITAL. El regulador va con retraso a la hora de aprobar las resoluciones anuales, y eso hace que el Gobierno no ejecute los pagos.
La retribución de 2020, sobre las inversiones que se hicieron en 2018, tiene la resolución todavía en elaboración. De aprobarse este año, por tanto, habría un decalaje de cinco años. Esta situación no significa que los pagos no se estén haciendo. A las empresas se les va liquidando a cuenta en base a la última aprobada, y luego ajustan con la resolución anual.
Un problema ante el ‘boom’ renovable
El gran problema de esta situación es que el retraso genera una incertidumbre al mercado y las empresas que no es bueno para el sector. Iberdrola, Endesa y Naturgy, en estos momentos saben que tiene un tope de inversión, y que necesitarían libertad para invertir más, pero no conocen cuál será el marco retributivo.
Voces del sector estiman que debería existir un reconocimiento de las inversiones de manera ágil. Sobre todo, porque la explosión renovable se espera para 2025, y para entonces habría que tener realizado el diseño de los proyectos de infraestructura de red.
El retraso en la elaboración de las circulares, el reconocimiento de la inversión y su pago, lo único que provoca es una ralentización en la ejecución de los planes.