El Círculo de Economía pide más dinero para Cataluña aunque el 60% de patronos son ya de Madrid y Valencia

El Círculo de Economía arranca hoy su reunión anual con una serie de peticiones a la clase política, entre las que se encuentra una mejora del sistema de financiación para las comunidades autónomas. Como ya va siendo habitual, una de las propuestas del lobby empresarial catalán es la elaboración de un modelo económico que tope en cierta medida la solidaridad de las regiones y que, en la práctica beneficiaría a Cataluña.

Así lo recoge en su última nota de opinión el Círculo (El Cercle, como se conoce en Barcelona), Impulsar la productividad: claves para recuperar el dinamismo económico y mejorar el bienestar de la ciudadanía, donde se solicita una reforma de los recursos, con «un mecanismo que asegurara un mínimo nivel de solidaridad ‒tasada, transparente y que respetara el principio de ordinalidad ajustado por el coste de la vida».

La propuesta del Círculo de Economía

Este principio de ordinalidad, que una comunidad no caiga en puestos en el ranking de financiación antes y después de aplicar la solidaridad territorial, es lo que vienen exigiendo sectores nacionalistas en Cataluña y que supone en la práctica limitar las aportaciones que realizan las bases fiscales catalanas al conjunto de la sociedad española.

Si el principio de ordinalidad ya resulta por definición beneficioso para las comunidades netamente aportadoras de solidaridad, todavía lo agudiza más el matiz de «ajustado por el coste de vida». Se trata de una de las grandes reclamaciones en materia de financiación que viene haciendo la Generalitat desde los tiempos del ex convergente Andreu Mas-Colell (que ahora pide el voto de ERC para la investidura del socialista Salvador Illa). Priorizar un ajuste en términos del coste de vida beneficia a las regiones donde las cosas cuestan más dinero (como es Cataluña), por encima de otros ajustes (como el envejecimiento de la población o su dispersión).

Es una petición recurrente desde hace años en los documentos del Cercle, aunque resulta ahora algo más llamativo, puesto que las entidades colaboradoras del lobby que preside el ex Banco Sabadell Jaime Guardiola, es decir, los grandes patronos, tienen ya su sede fuera de Cataluña, mayoritariamente en Madrid y la Comunidad Valenciana.

Los patronos del Círculo

El Círculo de Economía tiene 23 grandes patronos o entidades colaboradoras, la gran mayoría de ellas, empresas que antaño fueron catalanas aunque posteriormente deslocalizaron su sede por la amenaza del Procés independentista. En concreto, de las 21 entidades colaboradoras, 14 tenían sede en Cataluña y ahora solo siete (Aigües de Barcelona, Agrolimen, Estrella Damm, Ilerna Online, Roca, Seat y Sorigué).

El resto han trasladado su sede o ya la tenían en otra provincia: Abertis (Madrid), Banco Sabadell (Alicante), Banco Santander (Santander) Caixabank (Valencia), Catalana Occidente (Madrid), Cimentos Molins (Madrid), Colonial (Madrid), Enagás (Madrid), Endesa (Madrid), Planeta (Madrid), Naturgy (Madrid), Repsol (Madrid), Mutua Madrileña (Madrid) y Red Eléctrica (Madrid). Las dos entidades restantes no son empresas y no pueden deslocalizarse: el Ayuntamiento de Barcelona y el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona.

Las clásicas reivindicaciones del empresariado catalán resultan ahora un poco menos digeribles o más incómodas para el grueso de los patrocinadores, puesto que afectan negativamente a los territorios donde tienen ahora instaladas sus sedes sociales. De todos ellos, el que más difícil justificación tendría es el caso de Santander, puesto que Cantabria sufriría con la propuesta del Cercle. Lo cierto es que una propuesta más uniforme con las necesidades del conjunto de España sería un modelo de financiación que intentara que todos los ciudadanos tuvieran exactamente la misma financiación per cápita.

Propuesta valiente: limitar el cupo vasco y navarro

Pero hay también una propuesta valiente en términos de financiación en el documento del Círculo de Economía, que es la inclusión de País Vasco y Navarra al mecanismo de solidaridad interterritorial, aceptando en la práctica que los conciertos económicos forales no son generosos con el resto de España. El Cercle habla de la «oportunidad para incorporar a las comunidades de régimen foral en el mecanismo de la solidaridad interterritorial de España». Es una idea valiosa y responsable, y extraña en el marco de una propuesta procedente de las élites económicas.