El Círculo de Economía compra las pretensiones ‘indepes’ para el control fiscal de empresas
El Círculo de Economía, lobby de los empresarios catalanes, reclama una nueva financiación que permita a Cataluña actuar fiscalmente sobre las empresas con actividad en el área
El Círculo de Economía abre la puerta a una mayor influencia de Cataluña sobre el control de las empresas catalanas. Este criterio, expresado en su última nota de opinión, es especialmente relevante en un momento en que este punto forma parte de las negociaciones entre el PSOE de Pedro Sánchez y el Junts de Carles Puigdemont, tanto para la presidencia de la Generalitat como para la continuidad de la legislatura a nivel nacional.
El Círculo de Economía, un lobby empresarial en Cataluña, celebra a partir de mañana su reunión anual, y la ‘nota de opinión’ que ha publicado para enmarcar el debate establece en uno de sus puntos la necesidad de mejorar el sistema de financiación en Cataluña. Dentro de apartado, el Círculo considera «imprescindible» que, en la futura reforma del sistema de financiación, Cataluña y el conjunto de las comunidades autónomas «puedan gravar las bases fiscales que se generen en su territorio (con alguna excepción, como los ingresos de aduanas, por ejemplo), disponiendo de la correspondiente capacidad normativa y recaudatoria».
La propuesta del Círculo de Economía
La entidad catalana aconseja así «plantear un sistema de bases fiscales compartidas en el que tanto el gobierno central como el de cada comunidad autónoma pueden gestionar y recaudar sus tributos». Esta propuesta incluiría el tan ansiado acceso de los partidos independentistas al control fiscal de las empresas catalanas, también las que trasladaron su sede con el Procés, puesto que las bases fiscales «generadas en el territorio», y no donde está la sede, permitiría actuar tributariamente sobre, por ejemplo, Caixabank, Sabadell o Naturgy, entre otras.
En la actualidad el debate de las sedes es indiferente ya que la gestión normativa y recaudatoria del Impuesto de Sociedades y los gravámenes sobre los beneficios empresariales recae exclusivamente en la Administración del Estado. No es el caso del concierto económico vasco, donde las diputaciones forales tienen capacidad normativa sobre Sociedades y así lo aplican. El Círculo aborda la necesidad de ir a un modelo parecido al concierto en el conjunto de las administraciones autonómicas, aunque garantizando una cuota de solidaridad.
Las reflexiones del Círculo de Economía han suscitado suspicacias en el entorno empresarial precisamente en el momento en que uno de los puntos de negociación entre Sánchez y Puigdemont son las iniciativas para incentivar o directamente obligar a las más de 3.000 empresas que trasladaron su sede fuera, principalmente Madrid y Comunidad Valenciana, con el desafío independentista.
Si una penalización o sanción por mantener la sede social fuera de donde se genera el negocio puede ser inaplicable, la cesión a Cataluña de ciertas competencias en el Impuesto de Sociedades, mediante bonificaciones o recargos, si podría acercarse a la idea que le ronda a Carles Puigdemont y Junts.
Sería un cesión competencial más factible mediante la cual los legisladores catalanes tendrían más poder para fomentar el regreso de las sedes a Cataluña y, además consta ya con el beneplácito de las instituciones económicas catalanas, como pone ahora el Círculo de manifiesto.
Reunión anual del Círculo
Este será, junto al impulso de la productividad y la reforma de la financiación, elemento clave de discusión en las Jornadas que arrancan este miércoles en Barcelona, donde el Círculo, presidido por el ex Banco Sabadell, Jaime Guardiola, congregará durante tres días a cientos de socios. Entre los ponentes principales se encuentra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo; el gobernador del Banco de España. Pablo Hernández de Cos; el ministro de Economía, Carlos Cuerpo; el presidente de Puig, Carles Puig; el CEO de Inditex, Óscar García Maceiras; el presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, y el CEO de Cellnex, Marco Patuano.