CatalunyaCaixa se pone ‘guapa’ para la subasta de otoño
Vende la inmobiliaria a un consorcio internacional de fondos de inversión
CatalunyaCaixa ha vendido su inmobiliaria, una entidad que gestiona 8.700 millones de euros en activos. “El cierre de esta transacción permitirá obtener plusvalías directas de acuerdo con su estrategia de focalizar la actividad en la banca minorista”, ha señalado la caja, asesorada por N 1 y Deloitte.
Los compradores son los fondos internacionales Kennedy Wilson y Värde Partners, que han contratado a PwC y Uría Menéndez para que cierren el pacto. Según ha comunicado CatalunyaCaixa, hasta 25 grupos se han interesado en adquirir el negocio inmobiliario.
Flecos por cerrar
Por ahora, las ganancias que ha generado la transacción se mantienen ocultas. El anuncio se produce con algunos flecos pendientes de acuerdo final. Aunque no afectan al precio, sí dan una pista sobre el ritmo de la negociación. Por ahora se desconoce el impacto en el empleo de la venta, pero se ha dado luz verde. La misma entidad controlada por el fondo gubernamental FROB admite que los flecos se concretarán en los próximos cuatro meses.
El momento del anuncio no es gratuito. Con la comunicación se lanza un globo sonda a los mercados. CatalunyaCaixa está libre de ladrillo, incluso indirectamente. Los activos que gestiona la inmobiliaria corresponden a los que traspasó la caja de ahorros al banco malo, la SAREB.
Tercera subasta
El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, advirtió el domingo de que esta vez el proceso terminaría con éxito. La gran banca duda de las bondades de todo lo que no se circunscriba al negocio de banca minorista. Gracias a él, la entidad ha ganado 183 millones entre enero y junio. Pero permanecen dudas sobre el rendimiento de negocios ajenos al cometido tradicional de la caja.
La salida de la inmobiliaria de la caja se produce apenas un mes antes del inicio oficial de las subasta de CatalunyaCaixa, que debería estar culminada en noviembre. N 1 asesora al FROB en la privatización. Deshacerse del negocio inmobiliario habría sido la primera recomendación.
Desinversión forzada por Bruselas
De paso, cumple con las condiciones impuestas por Bruselas a cambio de los 14.000 millones que se han inyectado en la entidad barcelonesa. La Comisión Europea obliga a la entidad que preside Carlos Pla a regresar al papel tradicional de las cajas –custodiar ahorros y evitar la exclusión financiera—y desprenderse de las participaciones ajenas a estos cometidos.