Caixabank congela el sueldo a sus directivos para controlar costes

El banco no revisará el salario a sus 2.000 ejecutivos y liga los ajustes del resto de la plantilla a la negociación del convenio de las ex cajas

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Caixabank continuará aplicando medidas para mantener sus costes bajo control. «Estamos muy orgullosos de la evolución del banco», señaló Gonzalo Gortázar consejero delegado del banco a los analistas durante la presentación de resultados de 2019, «pero la contención de costes es crítica», insistió. Con ese objetivo y, en un contexto de tipos de interrés negativos, el banco ha optado por congelar el salario y los bonus a sus directivos este año. La medida afectará a 2.000 ejecutivos de la entidad y Caixabank no ha precisado si también se aplicará a los miembros del consejo de administración; que ya vieron estancarse sus retribuciones el año pasado.

En cuanto al salario del resto de la plantilla, Gortázar apuntó que estará ligado al cierre de las negociaciones entre los sindicatos y la patronal de las ex cajas de ahorro, la CECA. Las reuniones para la revisión del convenio colectivo comenzaron hace unos meses y las antiguas ex cajas -además de Caixabank forman parte de esta patronal Bankia, Unicaja o Liberbank entre los bancos cotizados-, ya plantearon desde el inicio medidas enfocadas hacia la moderación salarial ante el contexto de los tipos de interés. 

Caixabank adelantó el viernes que espera que sus coste avancen aproximadamente un 1% en 2020, en línea con la mejoría de sus ingresos core (margen de intereses, comisiones y cobros procedentes de la actividad de seguros). En paralelo a la congelación salarial de sus directivos, el banco llevará a cabo otros ajustes que también repercutirán en la moderación de costes, como la salida, a través de prejubilaciones de trabajadores de la provincia de Barcelona y Teruel, que se quedaron fuera del ERE de 2019. El consejero delegado del banco adelantó que esta nueva oferta de prejubilaciones podría afectar a 200 trabajadores y que tendría un coste que rondaría los 100 millones. Gracias a estas nuevas salidas, Caixabank espera ahorrarse 20 millones en 2020 y elevar a 25 millones la cifra durante el resto de ejercicios.

El cuarto trimestre de 2019, ejemplo de ajuste

El tercer banco de la bolsa española está acelerando la reestructuración prevista en su plan estratégico, que finaliza en diciembre de 2021, tras el brusco cambio en las estimaciones de tipos de interés el año pasado. En la presentación de resultados del primer semestre de 2019 revisó su objetivo de crecimiento de ingresos core para el conjunto del año pasado hasta el 1% y el del crecimiento de costes al 3%. Unos compromisos que ha validado al cierre del ejercicio, con un incremento de este tipo de ingresos del 1,2% y un aumento de los gastos del 2,9%.

Los costes de personal no son los únicos que el banco está moderando. Al haberse cerrado el ERE en agosto, Caixabank se ha apuntado los primeros ahorros en la cuenta de resultados del cuarto trimestre, logrando una reducción de los gastos recurrentes del 1,3%, hasta los 1.174 millones. A la caída del importe de la nómina de la plantilla (ocho millones) se unen reducciones en gastos administrativos y amortizaciones (siete). El impacto de estas medidas se reflejará totalmente en las cifras de 2020, pero ya está teniendo un impaco en la rentabilidad de la plantilla. Sin tener en cuenta a BPI, los ingresos por trabajador habrían mejorado un 7% en un año.   

Gonzalo Gortázar, asimismo, recordó que el banco también está ajustado sus presupuestos para marketing o comunicación.

Aceleración del cierre de oficinas

En paralelo a la reducción de plantilla, Caixabank también está acometiendo un plan de reestructuración de oficinas. En junio, adelantó 18 meses el objetivo de contar con un red de 600 centros Store, previsto inicialmente para diciembre de 2021. El banco espera concluir la remodelación de este modelo de centro en junio de este año y al cierre de diciembre ya contaba con 475 oficinas de estas características.

Poco después, en otoño el banco adelantaba doce meses, a diciembre de 2020, la realización completa de la reducción de red prevista en su plan estratégico. Dentro de once meses, debería ser inferior a las 3.600 oficinas, frente a las 3.900 de diciembre de 2019.

El año pasado el ritmo de clausuras fue muy rápido, con una contracción de 500, con el consecuente ahorro en costes de mantenimiento.

 

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