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Bruselas dispara las previsiones de crecimiento de España al 3% en 2024 y al 2,3% en 2025, pero duda del déficit y el paro
La Comisión Europea calcula que el PIB español crecerá más de lo anticipado por el Gobierno este año, pero menos en 2025
La Comisión Europea ha disparado sus proyecciones de crecimiento del producto interior bruto (PIB) de España hasta el 3% para este año, frente al 2,1% de su anterior previsión en mayo, y al 2,3% para 2025, cuatro décimas más que en el anterior registro, gracias a la fortaleza del mercado laboral, que impulsará el consumo, y a la recuperación de la inversión.
Bruselas anticipa en sus Previsiones de Otoño, publicadas este viernes, dos ejercicios de fuerte crecimiento económico, aunque de ralentización de la actividad económica, ya que prevén que el PIB aumente un 2,1% en 2026, una décima menos de la expectativa del Ministerio de Economía que dirige Carlos Cuerpo.
La demanda doméstica será el «factor clave» en el que se sustentará el crecimiento económico, gracias al consumo privado -sostenido por fuertes ganancias de poder adquisitivo y por el vigor del mercado laboral-, así como a la mejora de la inversión, gracias a los fondos europeos del Plan de Recuperación y a la buena situación de la deuda empresarial, en un contexto de mejora de las condiciones financieras.
Este vigor de la demanda doméstica tendrá una contrapartida en el crecimiento de las importaciones, lo que supondrá una reducción de la aportación del sector exterior al crecimiento tanto en 2025 como en 2026.
La demanda externa se verá también afectada por la atonía en los principales socios comerciales de nuestro país, como Francia o Alemania, lo que podría impactar de lleno en el sector turístico.
El Ejecutivo comunitario prevé que España cumpla el objetivo de déficit de este año, situándose en el 3% del PIB, gracias a la desaparición de todas las medidas adoptadas por el Gobierno para hacer frente al choque de la inflación. En 2025 este desequilibrio en las cuentas públicas seguirá reduciéndose, hasta el 2,6%, ligeramente por encima del objetivo español de situarlo en el 2,5%. Esto se deberá, fundamentalmente, a la desaceleración del gasto primario en un contexto de fuertes avances de la recaudación tributaria.
La mejor evolución de las cuentas del Estado tendrá un impacto directo en la ratio de deuda pública sobre el PIB, que bajará gradualmente: este año cerrará en el 102,3%, en el 101,3% el año que viene y en el 101,1% en 2026.
En términos de empleo, la Comisión Europea cree que seguirán produciéndose robustos avances en la ocupación, pero esto no será suficiente para que se produzca una notoria reducción de la tasa de paro. Este año, estima Bruselas, cerrará en el 11,5%, se reducirá hasta el 11% en 2025 y caerá al 10,7% en 2026.