BBVA explica qué es la ‘economía del donut’ para ahorrar
La economista inglesa Kate Raworth ha lanzado una propuesta novedosa que puede ayudar a la economía familiar
El banco español BBVA cuenta con una sección donde, todos los días, publica informaciones de interés relacionadas con la economía. En su página web y aplicación podemos encontrar numerosos artículos donde se explican conceptos diferentes y desconocidos. En este caso, la entidad quiso explicar la denominada ‘economía del donut’.
Desde el principio de la humanidad, la economía ha estado presente. En la prehistoria, cuando las familias empezaron a asentarse en pequeños pueblos, realizaban intercambios que, posteriormente, con la llegada de la moneda en la época antigua, se convirtió en una práctica que ha llegado hasta nuestros días.
Más tarde, con la revolución industrial, los pensadores de la época comenzaron a forjar vertientes de máxima importancia: el Comunismo, de Karl Marx y el Capitalismo, de Adam Smith. Con ambos puntos de vista, se han creado otras opiniones y corrientes de pensamiento, como pudo ser la denominada Economía Mixta de John Maynard Keynes.
En la actualidad, las tecnologías y una realidad diferente han generado nuevas preocupaciones en los economistas. De este concepto entonces nace la denominada ‘economía del donut’ acuñada así por su creadora, Kate Raworth, economista británica. Gracias a BBVA, conoceremos más acerca de este concepto.
BBVA expone la ‘economía del donut’
BBVA publica sobre la ‘economía del donut’ o rosquilla, que se trata de una teoría económica basada en la forma de este conocido dulce. Este bollo, cuenta con una forma con dos anillos, los cuales, según Raworth, tienen diferentes representaciones. El primero de ellos significa el “suelo social”, es decir, los requisitos mínimos para garantizar una vida digna (acceso a agua potable, alimentación, salud, educación, empleo, justicia, paz, participación política, equidad social, igualdad de género, energía, vivienda y conectividad).
El segundo, el anillo exterior del dónut, delimita el “techo ecológico”, o lo que es lo mismo, los límites medioambientales que no debemos cruzar para evitar consecuencias catastróficas. Aquí se hace especial hincapié en el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la acidificación de los océanos, la reducción de la capa de ozono, la contaminación química, entre otros.
Para esta economista inglesa, la clave está en el espacio comprendido entre ambos anillos. Según explica Doughnut Economics Action Lab y recoge BBVA, aquí es donde humanidad puede prosperar, dentro de un espacio “ecológicamente seguro y socialmente justo”.
El objetivo que se debe lograr en este espacio es reducir las desigualdades sociales mientras garantizamos que las actividades humanas no sobrepasen los límites ecológicos. Esta idea, que ya la llevan a cabo en ciudades como Ámsterdam, la pueden seguir tanto pequeñas familias, como grandes núcleos urbanos.
Cómo ahorrar con la ‘economía del donut’
Como hemos mencionado anteriormente, ciudades como la capital de Países Bajos ya siguen este modelo que ha ayudado a sus ciudadanos a ahorrar significativamente. En primer lugar, es importan compartir, reparar y reutilizar, es decir, aumentar la vida útil de productos con materias primas valiosas, empezando por dispositivos electrónicos.
También, con esta idea, se pueden reutilizar materiales de construcción, un principio orientado a empresas, los cuales deberán usar materiales sostenibles y reutilizables, con licitaciones más estrictas y la implementación de ‘pasaportes de materiales’ para fomentar edificios sostenibles.
En clave de familiar, se puede reducir el desperdicio de comida, dando la parte excedente a los más vulnerables y promoviendo iniciativas como el aprovechamiento de frutas y verduras descartadas, una idea que genera un gran ahorro.
Por último, se desarrollarán estructuras para compartir bienes, comprar productos de segunda mano y fomentar la reparación, con el apoyo de empresas, asociaciones y académicos. Siguiendo todos estos pasos, el ahorro en familias se notará considerablemente, demostrando que esta idea que hemos conocido gracias a BBVA puede funcionar.