Barclays acelera para vender el negocio español
El grupo británico quiere cerrar la operación antes de tiempo y sondea al Popular, Sabadell, Kutxabank y EVO
La venta del negocio español de Barclays deberá zanjarse antes del verano. Al menos, estos son los tempos que el banco de inversión ha dado a sus equipos, capitaneados por Pedro Solbes. El apretón de acelerador tiene un responsable indirecto: el FROB.
El fondo gubernamental ha decidido activar la subasta de CatalunyaCaixa. En Londres quieren evitar que ambos procesos coincidan en el calendario. Sin embargo, los activos que Barclays ofrece a la banca española son de mayor calidad que los listados por el FROB a través de la entidad catalana.
Negocio en caída
Los británicos ponen en juego 271 sucursales con poco más de 23.000 millones en activos. El negocio de la filial española se ha contraído un 23% en el último lustro, aunque aún presenta una de las menores ratios de morosidad del sistema. Dominan los depósitos con más de 60.000 euros.
La red minorista tiene relevancia en Madrid, Barcelona y Zaragoza. Esta distribución es apetecible especialmente para la banca pequeña y mediana. Entre los postores más claros, sin que ninguna entidad confirme oficialmente su interés, se cuentan Banco Espirito Santo, EVO Banco, el Popular, el Sabadell y Kutxabank.
Interés de la banca mediana
A algunos también se les espera en la subasta de CatalunyaCaixa. Barclays quiere contar con el mayor número posible de ofertas. Probablemente se llevará el gato al agua. Mientras el FROB cosecha frialdad, la franquicia española de Barclays ha suscitado interés desde que se colgó el cartel de ‘en venta’.
El negocio de banca minorista ha sido trasladado a un banco malo recién creado. También incluye las actividades minoristas de Francia e Italia. Las tres unidades permanecerán en esta estructura hasta que se vendan bajo un umbral de precio aceptable.
La factura
En España, Barclays ha sido el banco internacional de mayor éxito. El que más cerca ha estado de lograr una red con capacidad de competir con las entidades oriundas. No dudó, para ello, en echar mano del talonario. Sólo para poner el primer pie precisó el equivalente a 1.500 millones de euros. Fue el coste de la compra de Banco Zaragozano.
Existen magnitudes similares en operaciones recientes. Banesco se ha comprometido a pagar, en varios años, mil millones por los activos de Novagalicia. En todo caso, una maniobra de última hora desde el FROB –como la concesión de algún tipo de ayuda indirecta— para evitar que la tercera subasta de CatalunyaCaixa acabe en fracaso podría enfriar la desinversión de Barclays.