El Banco de España pone fecha de caducidad al ‘cohete español’: en 2026 crecerá menos del 2%

La entidad que preside Escrivá mejora en tres décimas el crecimiento para 2024, al 3,1%, y para 2025 otras tres décimas, al 2,5%

El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, en su toma de posesión. Alberto Ortega / Europa Press

El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, en su toma de posesión. Alberto Ortega / Europa Press

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El Banco de España ha mejorado su pronóstico para la economía española para el cierre de 2024 y para el año próximo, mejorando en tres décimas el avance del producto interior bruto (PIB) para ambos ejercicios, hasta el 3,1% y el 2,5%, respectivamente, pero anticipando una desaceleración a partir de 2026, cuando el crecimiento se situará por debajo de la barrera del 2%.

La última actualización de las proyecciones del Banco de España sitúa la barrera del crecimiento del PIB por encima del 3% para este año, a apenas dos semanas de que finalice, gracias al efecto arrastre de la revisión de las series de la Contabilidad Nacional Trimestral, así como a un dinamismo de la actividad en el segundo semestre del año más intenso del esperado.

La actividad económica ha recibido el impacto de la Dana del pasado 29 de octubre en Valencia, apunta el Banco de España, aunque sus efectos no habrían sido catastróficos para la economía. El supervisor calcula que el fenómeno habría restado entre una y dos décimas de crecimiento del PIB del cuarto trimestre, sin ello afectar al dinamismo del tejido productivo, con un avance para final de año que, estiman, se situará entre el 0,6% y el 0,7%.

De hecho, gran parte de la mejora prevista para 2025 tiene que ver con el «impulso fiscal» de las medidas de apoyo desplegadas en respuesta a la Dana, cuyos efectos sobre la economía, calcula la entidad que dirige José Luis Escrivá, podrían disiparse durante el primer semestre de 2025.

Otro factor que ha resultado determinante para la mejora de las proyecciones para el próximo año es el buen tono de la actividad en los últimos trimestres de 2024, lo que provoca un efecto arrastre positivo para el arranque de 2025.

El último informe de proyecciones macroeconómicas del año marca un escenario muy diferente del que dibujaba este mismo documento hace exactamente un año. A finales de 2023 el escenario era mucho más sombrío para la economía española y anticipaba una desaceleración profunda de la economía: de hecho, se proyectaba que el crecimiento de ese ejercicio sería del 2,4% (fue del 2,7%), en 2024 caería hasta el 1,6% (prácticamente lo duplica ahora) y en 2025 avanzaría un 1,9%.

El ejercicio de previsión apunta ahora un crecimiento del PIB del 1,9% para 2026 y del 1,7% para 2027, en línea con el crecimiento potencial que se estima para la economía española.

En relación con las previsiones de precios, el Banco de España mantiene su previsión de inflación para este año, con un 2,9% de media, que se acercará al objetivo del 2% del Banco Central Europeo en 2025 (2,1%) y que se situará en promedio en el 1,7% en 2026, una décima menos de lo esperado en septiembre.

«La ausencia de revisiones apreciables en estas tasas enmascara, sin embargo, una leve revisión a la baja en la inflación de los alimentos y de la energía en 2024 y 2025 —debido, sobre todo, a las sorpresas a la baja observadas en los últimos meses en dichas rúbricas—, que se ve compensada por una leve revisión al alza en la inflación subyacente de 2024 y 2025″, apunta la entidad en el informe.

Llama la atención que la media se dispara en 2027, elevando la inflación al 2,4 %, aunque en la entidad sostienen que «ha de interpretarse con una especial cautela«. «En particular, porque dicha aceleración reflejaría, fundamentalmente, la puesta en marcha en 2027 del nuevo régimen de comercio de derechos de emisión en la UE —denominado ETS2—, un desarrollo sobre el que existe una extraordinaria incertidumbre en
múltiples dimensiones», explica el documento.

El Banco de España anticipa también una desaceleración en el mercado de trabajo, que seguirá creando empleo, pero a un menor ritmo: este año cerrará con un avance de los ocupados del 2,1%, que se ralentizará en los próximos años: 1,6% en 2025, 1,1% en 2026 y 1% en 2027. Con respecto al paro, por primera vez atisba que el desempleo se situará por debajo de la barrera psicológica del 10%: será en 2027, cuando estará en el 9,9% de media.

El Banco también anticipa un empeoramiento de las cuentas públicas que tiene razón en las medidas adoptadas por la Dana, ya que «podría suponer un aumento puntual del déficit cercano al 0,5% del PIB y que se repartiría entre este año y el próximo». Es decir, unos 7.500 millones de euros.

El déficit público para 2024 se situará en el 3,4% del PIB, lejos del objetivo del Gobierno del 3%, en el 2,9% para 2025, hasta estancarse en el 2,7% tanto para 2026 como 2027. La deuda pública seguirá por encima del 100% del PIB al menos hasta 2027, cuando cerraría en un 101,8% de media.

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Álvaro Celorio

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