Este es el banco más antiguo de España y su legado sigue vivo 242 años después
Para encontrar los orígenes de la institución financiera es necesario viajar al año 1782
¿Cuál es el banco más antiguo de España? Si se pone el foco sobre los orígenes de los bancos del país, llama la atención uno por su extensa historia. Para encontrar su nacimiento es necesario remontarse a más de dos siglos atrás, concretamente, al año 1782, cuando tuvo lugar su constitución.
Se trata del Banco de España, la entidad financiera que tiene más años a sus espaldas dentro del sector financiero nacional. Entre las distintas funciones que lleva a cabo se encuentra la gestión de las reservas de divisas, la supervisión de las entidades de crédito o la circulación de la moneda metálica.
El banco más longevo del país
Para situar en el tiempo el nacimiento del Banco de España es indispensable viajar hasta el 1782. La cédula firmada por el rey Carlos III el dos de junio de ese año formalizó la fundación del Banco Nacional de San Carlos, basado en el proyecto presentado por el conde de Cabarrús al primer ministro, el conde de Floridablanca.
Más allá de servir como apoyo financiero al Estado facilitando la circulación de los vales reales y convirtiéndolos en efectivo, la institución se encargaba de mantener a las fuerzas armadas, atender los pagos de la Corona en el extranjero, combatir la usura y proporcionar crédito al comercio y a la industria.
Sin embargo, los enfrentamientos de España con Francia e Inglaterra provocaron la disminución de las posibilidades financieras del banco, que se vio obligado a buscar soluciones al endeudamiento que el Gobierno había adquirido con la entidad y que no estaba en disposición de saldar.
La entidad se acabó fusionando con el Banco de Isabel II, dando lugar al Banco Español de San Fernando. La nueva institución, que más tarde recibiría el nombre de Banco de España, podía emitir billetes en Madrid y crear sucursales donde no hubiese banco de emisión, lo que impulsó a empresarios y comerciantes a crear bancos en las principales capital del país, abriendo sus primeras sucursales en Alicante y Valencia.
Poco después, no obstante, el sistema de pluralidad vio su fin cuando el Estado concedió al Banco de España el monopolio de la emisión de billetes para la península y las islas.
Estallido de la Guerra Civil
A inicios del siglo XX, se regularon por primera vez las relaciones entre el Banco de España y la banca privada, se le asignó la inspección de los bancos y se convirtió en el órgano principal de la política monetaria del Gobierno. Para ello, se fijó un tipo de interés preferente para las operaciones de redescuento con otras entidades financieras.
El estallido de la Guerra Civil echó el freno a los avances realizados. Además del envío de un grueso considerable de las reservas de oro del banco a Moscú para financiera la contienda, el país quedo dividido en dos zonas, controladas por el ejército republicano y el ejército nacional, lo que provocó que el Banco de España también quedase fragmentado y hubiese dos pesetas diferentes.
Cuando concluyó el conflicto, comenzó la reconstrucción del sector financiero y del Banco de España. En los años posteriores, el Gobierno recuperó la mayoría de las competencias en política monetaria, por lo que el Banco de España se convirtió en un simple instrumento y en un «banco de bancos».
Al concluir la dictadura franquista, la institución financiera volvió a ser la responsable de la política monetaria. Más tarde, se integró en el Sistema en el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), junto con los otros bancos centrales nacionales de los países de la Unión Europea (UE) y el Banco Central Europeo (BCE).
Antes de dar la entrada al año 2000, España adoptó al euro como moneda, junto a una decena de países más de la Unión Europea, que comenzaron a compartir una política monetaria común. No obstante, el proceso de integración europea culminó en 2002, cuando se pusieron en circulación los nuevos billetes y monedas en euros, que sustituyeron a los nacionales.
Desde 2014, el BCE se encarga de supervisar de forma directa de las entidades significativas de crédito de la zona euro, permaneciendo el resto de entidades bajo la supervisión del Banco de España. En la actualidad, la entidad gestiona las reservas y promueve el funcionamiento y la estabilidad del sistema financiero, entre otras competencias.