La banca española afronta el frenazo económico con la morosidad más elevada del último año
Los directivos de las principales entidades españolas se hacen a la idea de que habrá un repunte de la mora, pero descartan que el incremento sea preocupante
La banca española abre un nuevo año con la mira puesta en los más que probables repuntes de la morosidad, en el efecto de los elevados tipos de interés sobre la actividad crediticia, y en la posibilidad de adaptar las estrategias comerciales a la coyuntura económica. El nuevo ejercicio promete varios cambios a nivel macro, sobre todo los relacionados con la inflación. El Banco Central Europeo (BCE) da por hecho que el IPC irá cediendo en los próximos meses, algo que podría animar al regulador continental a rebajar las tasas oficiales.
Son precisamente los tipos de interés los que van a marcar el negocio bancario. Los banqueros de las principales entidades españolas señalan a la política restrictiva ejercida por el BCE como el motivador de los más que posibles repuntes de la tasa de impagos.
Distintas personalidades del entorno bancario, como Gonzalo Gortázar, CEO de Caixabank, o Onur Genç, CEO de BBVA, destacaron a mediados de octubre que los posibles incrementos en la tasa de mora son «lógicos» dadas las circunstancias actuales.
La morosidad de la banca española, en máximos de los últimos 11 meses
La banca española encara el inicio de año con una tasa de morosidad del 3,60%, según los últimos datos publicados por el Banco de España, los cuales corresponden al mes de octubre. Estas estadísticas ejemplifican lo que está por venir, que, como vienen apuntando los directivos de los grandes bancos, es un repunte de la morosidad, pero sin llegar a suponer un grave problema.
Los directivos se hacen cuentas de que los elevados tipos de interés afectarán a la demanda crediticia y, por supuesto, se dejará sentir en la tasa de impagos. Los banqueros, quienes ven con buenos ojos la estrategia monetaria del BCE, entienden que, por la coyuntura económica actual y, la que está por venir, habrá una retrotracción de la demanda crediticia motivada por el endurecimiento de las condiciones y un repunte de dudosos.
El último mes en el que la morosidad estuvo por encima del nivel actual fue en noviembre de 2022, en un 3,68%
Pese a ello, también confían en que la banca nacional podrá contener esa tasa de impagos, sobre todo porque las cotas siguen siendo bajas aún los incrementos vistos en los últimos meses. Hoy por hoy, la ratio de dudosos que reporta el Banco de España es la más elevada desde noviembre de 2022, cuando el umbral se ubicaba en el 3,68%.
A lo largo de 2023, la ratio ha estado por debajo de ese punto, aunque ha ido tornando al alza poco a poco hasta situarse en el 3,60% actual. Este repunte, el cual no supone un lastre para el negocio bancario, se enmarca en un entorno en el que se prevé un deterioro económico en España, el cual podría frenar la actividad financiera en el país.
PwC, Bankinter, Caixabank… las firmas financieras prevén una desaceleración
La banca afronta un curso en el que se prevé que haya una desaceleración económica, en base a lo que dicen las principales firmas financieras tanto nacionales, como internacionales. Por ejemplo, PriceWaterhouseCoopers (PwC) considera que el PIB español crecerá en 2024 un 1,6%, cinco décimas por debajo del crecimiento económico de este ejercicio.
En la misma línea, desde Funcas prevén un crecimiento del 1,5%, y alertan de que la desaceleración económica será más vehemente en 2024 por el “efecto arrastre de finales de 2023”. Por su parte, Bankinter revisó a la baja el PIB español de 2024, el cual cifró en un 1,4%, umbral que comparte Caixabank en sus previsiones económicas de cara al nuevo curso.
BBVA también considera que la economía no avanzará tanto como lo ha hecho en 2024, pero también descarta un escenario de recesión.
Los analistas de las grandes firmas financieras están alineados en que la economía española crecerá por debajo de lo que lo ha hecho en 2023, hecho que también tendrá efecto sobre la actividad bancaria.
Menos demanda crediticia y un incremento de los dudosos
La menor actividad económica podría traducirse en una demanda de crédito aún más inferior de la esperada. Si el efecto de los tipos al alza se va a dejar sentir en los primeros seis meses del curso, este va a tener más relieve con una actividad económica inferior a la vista en 2023.
Pese a ello, la banca nacional se hace a la idea de que, para este nuevo curso, podría haber un ligero deterioro del negocio bancario.
El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, apuntó en un foro económico celebrado a principios de noviembre que los ingresos por intereses que la banca se ha anotado en 2023 «no son sostenibles«. El ‘número dos’ del BCE justificó esta afirmación debido al efecto de las subidas de tipos de interés sobre la economía.
Guindos explicó que el incremento de las tasas oficiales calará sobre el entorno financiero, y se dejará sentir a través de una reducción de la demanda crediticia, mayor remuneración por el pasivo y un repunte de la mora que, como apuntan los últimos datos del BdE, ya se está produciendo.
El exministro de Economía también indicó que será el frenazo económico uno de los puntos que catalizará los impagos en la banca.
Por lo pronto, las firmas bancarias nacionales encaran el inicio del curso con una morosidad que, si bien es baja, viene creciendo poco a poco. Está por ver cómo se desarrolla el negocio bancario en los próximos meses en los que el mercado espera que el BCE rebaje el tono y, con él, comiencen las primeras reducciones de los tipos.