Actualizado
La banca española reclama un marco regulatorio orientado al crecimiento y a la competitividad
La titular de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, considera que más que crear la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero, el Gobierno debería preocuparse por mejorar los servicios de reclamaciones actuales
La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, reclamó este martes un marco regulatorio «orientado al crecimiento y a la competitividad» y que atienda a los retos de invertir en tecnología o medio ambiente.
Así lo reclamó la presidenta de la patronal de la gran banca en su intervención en el IV Observatorio de las Finanzas organizado por el periódico ‘El Español/Invertia’.
Kindelán aseveró que la banca está «muy bien preparada para lo que pueda venir», con unos niveles «muy buenos» de rentabilidad, de capital y de liquidez. La mora «está todavía en mínimos y estable, es muy buena noticia», comentó, si bien las autoridades vienen avisando de que aumentará.
La nueva Autoridad de Defensa del Cliente Financiero
Respecto a la aprobación al proyecto de ley que crea la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero, que el Consejo de Ministros aprobó este martes en segunda vuelta, Kindelán reiteró la posición de la patronal de, en lugar de crear un organismo nuevo, «mejorar» los existentes servicios de reclamaciones. Una autoridad nueva «genera costes» cuando ya hay otras con esa función. «Estaremos muy atentos a cómo se configure», comentó, dado que una vez que es aprobada por segunda vez en el Consejo de Ministros pasará al trámite parlamentario.
No obstante, Kindelán destacó que el cambio «más relevante» que se ha acometido desde que se lanzó el texto inicial de creación es la forma de financiación, que seguirá siendo a cargo de los bancos y aseguradoras pero se tendrá en cuenta el número de resoluciones favorables para el reclamante y el número de reclamaciones recibidas por cada entidad, penalizando más a las que peores resultados tengan.
Por último, sobre el impuesto a la banca, Kindelán dijo que no cree en la existencia de beneficios «caídos del cielo», sino que una parte «importante» de los mismos se generan fuera de España y son producto de la normalización de los tipos de interés. También rechazó el argumento para sostener este impuesto de que los bancos devuelvan el rescate de la crisis financiera y dijo que no fue un rescate y que tampoco lo fue a la banca, sino a las cajas de ahorros «con injerencia política».
Reiteró que el impuesto tendría «efectos contraproducentes» en la economía española porque reducirá la concesión de crédito, con unas 250.000 hipotecas medias menos, y que «no es el momento» de añadir «una mochila de peso» al sector cuando se espera que los tipos de interés bajen.