El Gobierno cierra el grifo de las ayudas para la compra del coche eléctrico pese a las peticiones del sector 

El futuro del vehículo eléctrico en España —a corto plazo— tiene demasiadas sombras; y pese a las llamadas de atención para mejorar su llegada, desde el Ejecutivo tienen sus propias ideas

Coche eléctrico

Foto Freepik

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El ritmo de penetración del vehículo eléctrico es más bajo de lo esperado. Esto ha llevado a los principales agentes del sector a insistir al Gobierno en la necesidad de ayudas económicas y apoyos fiscales para su compra. El Ejecutivo, por su parte, tiene pensado cortar el grifo dentro de dos años

La Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive) ha presentado sus ‘Propuestas para una hoja de ruta de la movilidad eléctrica‘ hace unos días. Sus grandes reivindicaciones se centran en el apartado económico y de ayudas fiscales.  

Asumen como una medida a corto plazo la aprobación de nuevos planes Moves dedicados al vehículo eléctrico. Aunque recuerdan que estos deberían ser simplificados y evolucionados para no encontrar los mismos problemas que existen actualmente.  

A medio plazo las exigencias del sector se enfocan en transitar a un incentivo impositivo permanente y tangible; eliminar la tarifa del Impuesto Actividades Económicas a los puntos de recarga; y modificar el impuesto de matriculación. 

Todas estas peticiones chocan con los planes del Ministerio para la Transición Ecológica. En el primer borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) ya se dejó claro que las ayudas a los vehículos eléctricos no durarían mucho. Algo que se ha refrendado en el último borrador, y que será el documento definitivo a falta de que lo apruebe la Comisión Europea.  

El documento sostiene que «en el periodo 2025-2030 se estima que se habrá alcanzado la paridad de precio en vehículos ligeros y no será necesario apoyo público para adquisición de vehículos, aunque sí se necesitará una dotación presupuestaria para fomentar el despliegue de infraestructura de recarga». 

Incentivos impositivos a largo plazo 

Desde Aedive recuerdan que la diferencia de precio entre el vehículo eléctrico y el de combustión se ha reducido en torno a un 50% en los últimos años. De hecho, algunos estudios apuntan ya a que el coste total del eléctrico es menor que el de combustión, por su menor desembolso en repostaje y mantenimiento (comparando modelos similares). 

No obstante, aclaran desde la asociación, la inversión inicial que es necesario realizar para la compra del eléctrico sigue siendo una importante barrera para muchos ciudadanos

Ya se han puesto en marcha algunas medidas fiscales para mitigarlo. El Real Decreto-ley 5/2023 de medidas anticrisis estableció una deducción aplicable al IRPF del 15% del valor de adquisición de vehículos eléctricos nuevos. 

Esta ayuda no se aplica directamente a la compra (sino en la declaración de la renta), por lo que no es sencilla de aplicar y el ciudadano no percibe la rebaja en la adquisición, reduciendo el efecto incentivador de la medida. No es inmediata ni visible en el precio. 

Además, la deducción se extiende solo hasta 2024, seis años antes del hito para cumplir el objetivo de 5,5 millones de vehículos eléctricos en circulación, por lo que su alcance temporal es reducido. 

Los problemas del Moves 

Por lo que respecta a los planes de ayudas, la tónica general es de insatisfacción de los usuarios. El sector de la automoción siempre ha reiterado que la única línea de ayudas impulsada por el Gobierno para incentivar la compra de vehículos eléctricos y de puntos de recarga no es suficiente para transformar el mercado. La mayoría de los compradores lamenta los largos plazos de espera hasta recibir las ayudas y creen que su formulación debería de mejorar

Estas son algunas de las conclusiones extraídas de una encuesta incluida en toro documento de Aedive: el ‘Anuario de Movilidad Eléctrica 2022-2023′. El 41% de los usuarios ni siquiera ha solicitado las ayudas, pero del 59% que sí lo ha hecho, en dos de cada tres ocasiones el pago ha llegado un año más tarde después de pedirlo. El 42% de los usuarios han tardado entre uno y dos años a recibir las subvenciones y en el 20% de los casos la demora ha sido de incluso más de dos.  

De hecho, solo un 2% de las personas que han participado en el estudio consideran que el Moves es una línea de ayudas adecuada para incentivar la compra del coche eléctrico. La mayoría, el 62%, cree que requieren cambios para mejorarlo, mientas que el tercio restante las considera directamente inadecuado para impulsar la compra de eléctricos.  

Los usuarios insatisfechos alegan que el Gobierno debería de reducir la gestión burocrática y transformar el plan en ayudas directas en el momento de compra para evitar largos periodos de espera hasta recibir el abono. Además, un 40% considera que no le resultó fácil tramitar la ayuda.  

El Gobierno ha reconocido en distintas ocasiones que el plan Moves es un punto de partida que seguir impulsando la movilidad eléctrica, pero no la única solución. Por ahora, se han movilizado más de 616 millones de euros que han llegado a unos 18.000 beneficiarios. El Moves aporta una ayuda directa de entre 4.500 y 9.000 euros a particulares por la compra de un vehículo eléctrico y de hasta 5.000 en el caso de los híbridos enchufables, mientras que bonifica un porcentaje variable del coste de instalar una infraestructura de carga.

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Raúl Masa

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