Los aranceles de Trump amenazan a España por la compra de petróleo a Venezuela tras disparar las importaciones un 116%

Donald Trump vuelve a amenazar con aranceles y Europa tiembla. El presidente de Estados Unidos ha anunciado que aplicará aranceles del 25% a todo país que compre petróleo y gas a Venezuela, siendo España uno de los territorios perjudicados.

Las medidas fiscales que afectarán a terceros países como represalia a Venezuela empezarán a partir del 2 de abril. El objetivo de estos nuevos aranceles llegan como respuesta a lo que el Trump considera como acciones hostiles por parte del país latinoamericano, incluyendo el envío de «criminales de alto nivel» a territorio estadounidense.

En este nuevo escenario geopolítico, España es uno de los países que se verá directamente perjudicado. En 2024, las importaciones de crudo venezolano a nuestro país se dispararon un 116,1%, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).

El aumento en las compras de petróleo se produjo en un año marcado por las polémicas elecciones que llevaron a Nicolás Maduro a renovar su mandato presidencial.

Si bien Estados Unidos, México y Brasil son los principales destinos a través de los cuáles España se nutre de petróleo, Venezuela ha subido posiciones en el último año, adelantando a países como Kazajistán, Azerbaiyán e Irak y rivalizando con Arabia Saudí, una de las mayores potencia productoras.

Así, España compró algo más de tres millones de toneladas de crudo a Venezuela, suponiendo así cerca del 5% del total (4,7%) de las importaciones de petróleo que realizó en el acumulado anual.

Por el momento, la tendencia sigue en este ejercicio. Los datos de Cores reflejan que en el mes de enero de 2025, últimos datos actualizados, España importó de Venezuela 299.000 toneladas de crudo, un 5,6% más que en el mismo mes de 2024.

La ofensiva de Trump con Chevron pone en riesgo el negocio de Repsol

Las tensiones por la política exterior de Trump han puesto en guardia a los gobiernos de Europa y España, pero también a muchas empresas que pueden ver su negocio afectado por los ya famosos aranceles.

En este caso, la gran perjudicada es Repsol. La compañía que preside Josu Jon Imaz es la firma española que opera en el sector petrolífero del país sudamericano desde hace décadas y que mantiene su actividad para saldar una deuda histórica.

La energética española no recibe dinero por mantener el suministro de crudo entre países, sino que cobra en especie para compensar la deuda millonaria que tiene con Venezuela. Repsol produce gas en Venezuela a cambio de petróleo que desde la petrolera estatal PDVSA envían a través de barcos.

La compañía reconoció en su último informe financiero de 2024 que «mantiene un alto nivel de incertidumbre» por la política exterior que pudiera poner en marcha el cambio de presidencia en Estados Unidos.

Un temor real por las actuaciones de la nueva Administración, que ya se han saldado con víctimas de la talla de Chevron. La petrolera estadounidense debe cesar sus operaciones en Venezuela el próximo 3 de abril, después de que Trump anunciara que retirará su licencia para operar.

Otras compañías como Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford, que también cuentan con licencias dotadas por el Ejecutivo de Joe Biden, tampoco podrán hacer lo propio a partir del 9 de mayo, según ordenó la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).

Repsol tiene una exposición patrimonial de 504 millones en el país

Es por ello que el negocio de Repsol en el país puede ser el siguiente en sufrir las consecuencias. La petrolera española acordó el pasado abril la compra de los pozos de Tomoporo y La Ceiba por casi 1.600 millones de euros y además mantiene un negocio conjunto con la italiana Eni, participado al 50%, Cardon IV, dedicado a la producción de gas.

En total, según la propia información del grupo, Repsol cuenta con una exposición patrimonial de 504 millones de euros en Venezuela, tras duplicarla en 2024.

La cifra incluye fundamentalmente la financiación otorgada a Petroquiriquire, la inversión en Cardón IV y en Petroquiriquire y las cuentas a cobrar con PDVSA.

Petroquiriquire es la petrolera de gestión conjunta de Repsol (40%) y la petrolera estatal de Venezuela, PDVSA (60%). Por otro lado, PDVSA mantiene a día de hoy una deuda histórica con Repsol de 634 millones de euros, pese a haberla recortado en 166 millones en 2024, según consta en su informe financiero.

De llegar a cumplirse el anuncio del presidente de Estados Unidos, los nuevos aranceles del 25% pueden poner en serios problemas el negocio de Repsol en el país que lidera Nicolás Maduro.