Alto voltaje patronal: Cepyme se alza contra el Gobierno y Conpymes, cercana a Sánchez, quiere el puesto de CEOE

Las negociaciones para el recorte de la jornada legal de 40 horas semanales a 37,5 horas han agitado un avispero donde estaba teniendo lugar un debate más o menos soterrado: el mundo patronal. Cepyme, la ‘hermana pequeña’ de la CEOE que representa a las pymes, ha tomado la delantera en cuanto al marcaje al Gobierno, elevando el tono contra las «tesis comunistas» del Ejecutivo; y Conpymes, que quiere su hueco, aspira a cubrir el espacio dejado por las ‘clásicas’.

El debate enconado sobre las jornadas hizo que el Ministerio de Trabajo, que dirige la vicepresidenta Yolanda Díaz, diera un ultimátum a los empresarios: o presentaban una propuesta tras cinco meses de deliberaciones junto a los sindicatos, o las centrales y el Gobierno tomarían una decisión. Las patronales no accedieron y Yolanda Díaz anunció una nueva oportunidad, para la semana que viene.

La gota ya había colmado el vaso y aquí fue Cepyme, presidida por el empresario Gerardo Cuerva, quien decidió tomar las riendas y lanzar un manifiesto histórico de las pequeñas y medianas empresas de nuestro país -el 99,8% del tejido productivo- contra las injerencias del Gobierno.

«Poco espacio para la empresa privada»

«El hostigamiento hacia la actividad empresarial supone un serio deterioro del clima empresarial de nuestro país con preocupantes consecuencias en el futuro», dice el documento, que fue leído durante la Asamblea General de la organización por varios pequeños empresarios del país. Uno de ellos, saltándose el guion, narró las dificultades por las que pasó durante la pandemia, un momento en el que protegió el empleo de su empresa a costa de su propio patrimonio.

«Está demostrándose que hay poco espacio para la empresa privada ante un Gobierno que adopta tesis comunistas», denunció Cuerva, que se declaró «harto» y ninguneado por el Ministerio de Trabajo, «que pretende imponer sus trasnochadas tesis de control público de los medios de producción y de planificación económica, en la que la mayoría de los ciudadanos dependen directamente de los presupuestos del Estado».

Si bien fuentes de la CEOE se felicitan por la iniciativa de la entidad hermana de lanzar este manifiesto, unas reivindicaciones que hacen suyas, lo cierto es que la posición de Cepyme ha sido más contundente con el Gobierno que la expresada por el propio presidente de la patronal, Antonio Garamendi. El empresario vasco lleva semanas clamando contra el «monólogo social» del Ejecutivo, pero las pequeñas empresas han lanzado un informe que advierte de los efectos perniciosos del recorte de jornada y también este ‘¡Basta ya!’ contra las políticas de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.

Conpymes pide el turno

Y a río revuelto, ganancia de pescadores. La patronal Conpymes, lanzada en 2021 en torno a Pimec y a cuya puesta de largo acudieron la ministra Yolanda Díaz y la esposa de Pedro Sánchez, pidió ayer que, si CEOE no ejercía su papel negociador con el Ejecutivo, le dieran el turno a su organización como representante empresarial.

En un comunicado, Conpymes calificó de «sorprendente» la actitud de la patronal durante esta negociación. En palabras de su presidente, José María Torres, la organización de Garamendi habría sido irresponsable «negándose a negociar y presentar propuestas para la aplicación de la reforma, por pura estrategia política, sin tener en cuenta los intereses de las empresas españolas«.

Torres acusó a la CEOE de «tirar con pólvora ajena por puro tacticismo renunciando a ejercer su obligación legal de defender la posición, hasta ahora en exclusiva, de todo el tejido empresarial español, conformado por 3 millones de empresas, de las que más de un 99% son pymes».

Ayuso se suma a Cepyme

Fuentes de la organización señalaron que, si bien no tienen una propuesta concreta para la reducción de la jornada laboral, sí les gustaría conocer la que proponga el Ministerio de Trabajo el próximo lunes, trabajando para que el recorte se aplique sector por sector dentro de la negociación colectiva. Un enfoque similar al que propuso este lunes Fedea.

Conpymes no tiene base legal para entrar, aún, en el Diálogo Social, aunque el Gobierno se comprometió a reformar la representatividad empresarial, lo que podría darle entrada a la mesa en representación de las pequeñas y medianas empresas. De momento ya ha entrado en el Consejo Estatal de la PYME y en el Observatorio Estatal de la Morosidad Privada, además de darle un asiento a Pimec en la Comisión Consultiva Nacional de Convenios Colectivos.

Este hecho ha generado malestar en el empresariado ‘clásico’, como evidenció el propio Cuerva en su discurso durante la Asamblea General: «Es tan triste que quien poco conoce cómo ha funcionado el diálogo social en España en las últimas cinco décadas, quiera dinamitarlo, eludiéndolo por un lado, colonizándolo con interlocutores dóciles por otro; es triste que, de pronto, se os diga que no representáis a quienes representáis, porque el gobierno necesita interlocutores sumisos para ejecutar su ataque a la empresa». No dijo por quién iba, pero el mensaje era diáfano.

La propia presidenta de la Comunidad de Madrid, plato fuerte del evento, también lo sacó a la palestra, acusando al Gobierno de autoritario y de «montar una asociación de empresarios en paralelo» para perjudicar al mundo de la empresa.