Alemania apuesta por Calviño para el BEI tras delegarle España las reglas fiscales
La vicepresidenta sigue liderando las conversaciones para el nuevo marco fiscal, pero confía en que un acuerdo francoalemán "agilice" el pacto
Los dos días de reuniones de la vicepresidenta Nadia Calviño con el resto de ministros europeos de Finanzas han resultado más provechosos de lo que parecía inicialmente. No, no ha salido elegida presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI)… aún, porque la balanza alemana cae del lado de la ‘número dos’ del Ejecutivo. Y si bien aún no hay pacto para la reforma de las reglas fiscales, la delegación en Francia y Alemania del nudo gordiano de la negociación permitirá agilizar, dicen desde el Gobierno, el acuerdo.
La división en la coalición ‘semáforo’ que gobierna en Berlín parece haber desaparecido en favor de la vicepresidenta, según informa Bloomberg de fuentes diplomáticas sin identificar. El lunes fue el poderoso ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, quien manifestó que Berlín ya tenía candidato, aunque rehusó hacer público su nombre. La razón puede ser que ese nombre no es el de Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión, comisaria de Competencia en excedencia y, sobre todo, miembro de la familia liberal europea.
Ha pesado más en Berlín el hecho de que la candidatura de Calviño venga auspiciada por un Ejecutivo socialdemócrata, como el propio canciller Olaf Scholz, además del curriculum de la ministra de Asuntos Económicos en las instituciones europeas. Está por ver que este peso caiga también del lado francés, que si bien se mostraba hace unos meses más propenso a apoyar a Calviño, aún no se ha decantado oficialmente.
La reforma de las reglas, a noviembre
Alemania y Francia son, junto a Italia, los mayores accionistas del BEI y su voto resulta decisivo para decantar la balanza a un lado o a otro. Para presidir el banco público de la UE hace falta el apoyo de al menos 18 de los 27 Estados miembros, que además han de representar al menos un 68% de su capital. El proceso está liderado por Bélgica, que ostenta en la actualidad la presidencia del Consejo de Gobernadores de la entidad.
Fuentes gubernamentales a ECONOMÍA DIGITAL defendían en las últimas horas la fortaleza de la candidatura española, que lidera Calviño, a la vez que la desligaban de otros procesos en curso como la propia reforma de las reglas fiscales. Sin embargo, el único apoyo explícito con el que cuenta la vicepresidenta es el del gobierno portugués.
La reforma del marco de gobernanza económica de la Unión Europea, que lleva meses sobre la mesa, parecía atascada hasta la reunión del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (Ecofin) de este martes en Luxemburgo. Francia y Alemania han anunciado su intención de liderar conversaciones bilaterales para tratar de desencallar el diálogo, al tratarse de los Estados ‘líderes’ de los dos lados de la negociación: los que apuestan por una reforma que mantenga el espíritu de las nuevas reglas, más ‘cumplibles’ pero igual de exigentes; y los que buscan unas salvaguardas que garanticen un rigor presupuestario, aun a costa de diluir la propuesta inicial de sendas personalizadas por país.
Calviño, en diálogo «constante» con Francia y Alemania
Si bien España y, en concreto, la vicepresidenta Calviño son los presidentes de turno del Consejo de la UE y les corresponde liderar las conversaciones, desde el departamento de Economía han matizado que ellos apoyan y alientan que se produzcan estas negociaciones a dos bandas. Más aún entre Francia y Alemania, cuyo consenso es necesario para sacar adelante la reforma.
En este sentido, fuentes de la vicepresidencia económica apuntan que el contacto es «constante» y «continuo» con ambos países y que el papel de la presidencia española es de «honest broker», tratando de tejer complicidades entre los estados miembro para acercar posturas.
Encima de la mesa está una propuesta que mantiene los parámetros marcados en los Tratados europeos –un déficit del 3% del PIB y una ratio de deuda pública del 60%-, pero establece sendas personalizadas por países con planes personalizados a cuatro o siete años que garanticen una reducción sostenida de estas macromagnitudes.
España asegura que el 70% del trabajo técnico está conseguido pero que falta el empujón político. Con todo, fuentes de la presidencia española confían en que la próxima reunión formal del Ecofin, que tendrá lugar el 9 de noviembre, pueda producirse con un texto encima de la mesa que supere las resistencias de los estados más frugales.
Ese día será también una nueva meta volante para la presidencia del BEI, pues los ministros de Finanzas son también los miembros del Consejo de Gobernadores de la entidad. Si bien es cierto que esta reunión puede producirse en cualquier momento, el hecho de que se encuentren en Luxemburgo puede fomentar que si Alemania y Francia explicitan su apoyo a Calviño, la vicepresidenta se haga con el liderazgo del brazo inversor de la UE a partir del 1 de enero.