A la tercera va la vencida: Nadia Calviño sale al BEI tras una tensa negociación hasta el último minuto
En el equipo de la vicepresidenta cundían los nervios hasta el último minuto, cuando el ministro de Finanzas belga confirmó su designación. Ahora tendrá que ser avalada oficialmente por la Junta de Gobernadores del BEI
La última victoria diplomática de Pedro Sánchez se ha hecho esperar y uno de sus principales activos, la vicepresidenta Nadia Calviño, tomará posesión de un gran cargo internacional a la tercera. En esta ocasión fue la vencedora del largo proceso para la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), una institución multilateral clave para las inversiones climáticas, y el principal brazo inversor de la Unión Europea.
Las negociaciones no han sido sencillas y han estado muy marcadas por el sistema de doble mayoría para la elección de un presidente: recabar el apoyo de 18 países que concentren, al menos, el 68% del capital del banco público. La indefinición de las grandes economías del euro, como Alemania o Francia, que finalmente han apoyado a Calviño, ha motivado que la elección no se dilucidara hasta el último instante. Alemania, Francia e Italia tienen, cada una, un 18% de las acciones, por lo que el candidato a la presidencia, para un mandato de seis años removable, ha de recabar el apoyo de al menos dos de ellos.
Fuentes comunitarias presentes durante la votación han explicado a ECONOMÍA DIGITAL que los nervios en la delegación española era evidente minutos antes de conocer el resultado. La tensión era superior, además, después de un largo debate la noche anterior para tratar de desatascar la reforma de las reglas fiscales. Francia deshojó la margarita hasta las horas previas, con un gran número de países apoyando a la otra contendiente al puesto, la liberal danesa Margrethe Vestager.
Vestager desea suerte a Calviño
En la candidatura de la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Competencia cundía el malestar por la gestión que ha hecho el ministro belga de Finanzas, Vincent Van Peteghem, el responsable de turno de la Junta de Gobernadores del BEI. Las críticas: el haberse dilatado tanto en el tiempo la elección, que debería haber culminado hace meses.
“De mutuo acuerdo con el Gobierno danés, me he retirado como su candidata a la presidencia del BEI. Quiero agradecer al Ejecutivo de Dinamarca por presentarme. Deseo suerte al resto de candidatos. También quiero agradecerle a todos los que me han mostrado su apoyo para reformar el banco y hacerlo más estratégico, rápido y relevante”, detalló Vestager en un comunicado a través de su cuenta de X (antes, Twitter). La comisaria, apartada temporalmente de su puesto en la Comisión, confirmó también que volvería para agotar el mandato.
El Gobierno de España confirmó la candidatura de la vicepresidenta Calviño en agosto y en principio se esperaba una resolución rápida, en la cita del Ecofin de Santiago de Compostela de mediados de septiembre.
La semana pasada el ministro belga envió una carta al resto de gobernadores de la institución (los ministros de Finanzas de los 27 estados miembros) confirmando a Calviño como la candidata con mayores posibilidades. Apenas unos cuantos países, entre ellos Dinamarca, mostraron sus reservas. Italia, Polonia y Suecia también habían presentado un candidato.
Un cambio de Gobierno tras solo un mes
Una vez designada, la candidata a la presidencia ha de ser validada en una Junta de Gobernadores del banco público, en una fecha a determinar próximamente. El mandato del actual dirigente, Werner Hoyer, termina el 31 de diciembre. Calviño debería tomar posesión el 1 de enero de 2024, pero en el Gobierno de Pedro Sánchez se dan un tiempo de transición.
El propio presidente tuiteó sus felicitaciones a Calviño, asegurando que la echará de menos en el Ejecutivo. El hueco de Calviño, que ha combinado un perfil técnico con una emergente vis política, será reemplazado en el primer trimestre de 2024. En declaraciones a TVE, Calviño no quiso especular con la fecha de su salida ni con el nombre que la sustituirá, aunque apuntó que ella tendría clara su elección.
Dentro del Gobierno hay dos nombres señalados. La vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá. La primera podría hacerse cargo del área económica, pero carece del dominio en Bruselas que tiene Calviño. El segundo se mueve mejor en el ámbito comunitario, pero Sánchez ya apuntó que estaba comprometido con la transformación digital del país, descartando un potencial cambio de cartera.
Es por eso que se está escrutando con atención el segundo nivel del Ejecutivo, con los secretarios de Estado Gonzalo García Andrés (Economía) o Xiana Méndez (Comercio) como potenciales soluciones de continuidad. Otros nombres encima de la mesa son el del ex ‘número dos’ de Economía durante el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, David Vegara, o el del actual presidente de la Autoridad Bancaria Europea, José Manuel Campa, que también fue secretario de Estado de Economía.
Calviño, puntal económico del Gobierno y dique de algunas políticas del socio menor de la coalición, aspiró a dirigir el Fondo Monetario Internacional en 2018 y a presidir el Eurogrupo en 2020. A la tercera va la vencida, para un puesto en Luxemburgo que la alejará de la escena política.