Tres errores que desmontarán tu empresa
La mayoría de empresarios desconoce el impacto que puede tener incumplir con tres reglas sagradas en la gestión
En el mundo empresarial no existe el riesgo cero. Cualquier acción conlleva peligro: realizar inversiones, aliarse con un socio o empezar un proyecto son operaciones que exponen las finanzas. Identificar los factores de más inseguridad, así como analizar el entorno, mercado, y características de un nuevo proveedor salva de la catástrofe. Por el contrario, caer en tres simples errores, te puede llevar a ella.
El primero es tener descontrolados a los proveedores. Si no se utiliza un fichero de morosos como Badexcug difícilmente se podrá trazar una estrategia atendiendo al estado de los balances por un lado, mientras se perfila una planificación de créditos y cobros.
Su base de datos analiza las operaciones de riesgo derivadas del comportamiento de pagos, ya sean a los futuros clientes, proveedores y colaboradores. Al consultarla, se verifica la solvencia y la liquidez de la otra parte para hacer frente a las facturas.
No marcar los tiempos
Otro de los factores determinantes lo marca el periodo medio de cobros y pagos, uno de los aspectos que más afecta a la tesorería de la compañía y que cambia en función del área de actividad del proveedor o cliente.
Este aspecto debe vigilarse tanto por exceso como por defecto. Si es excesivamente elevado, afecta de manera negativa a la liquidez, la solvencia y el nivel de endeudamiento. Por el contrario, si exige plazos demasiado cortos, también habría que renegociarlos.
El calendario, la transparencia y el conocimiento de los socios son los pilares del negocio
Las empresas como Informa, centradas en consultoría empresarial, agilizan el análisis al recoger los periodos medios –de cobro y pago– en sus informes financieros.
Asimismo, se adjuntan otros ratios de equilibrio como el fondo de maniobra o el ratio de solidez, con los que podrás conocer su capacidad de respuesta ante futuros contratiempos.
Más opacidad, mayor riesgo
Establecer una clara política de créditos y cobros en la empresa es clave para gestionar el riesgo. Una buena práctica es documentar las operaciones comerciales, que blinda jurídicamente al acreedor ante los impagos.