Seat aparca la expansión en Latinoamérica por el asalto a China
El fabricante español fía su crecimiento internacional a la entrada en China, donde es punta de lanza de todo el grupo Volkswagen
Seat da una vuelta a sus prioridades. El fabricante español se enfocaba hasta hace un año en cruzar el charco y, al igual que tantas empresas de la Península Ibérica, valerse de los vínculos culturales para crecer en el continente. El plan contemplaba incluso la fabricación desde México, pero los planes del grupo Volkswagen para la firma van en otra dirección: primero China, después el norte de África y luego ya veremos.
“Tenemos un mandato para desarrollar una marca puramente eléctrica en la joint venture JAC Volkswagen”, recordó el presidente de Seat, Luca De Meo, refiriéndose al acuerdo alcanzado con JAC Motors. La sociedad con sede en Martorell liderará a todo Volkswagen AG –que también engloba a Audi y Skoda— en el proyecto.
La decisión procede de la propia matriz y obedece a la política de descentralizar la operativa, demasiado dependiente de Alemania hace un año. Así, las filiales asumirán cada vez más responsabilidad en la expansión, añadió Herbert Diess, presidente del conglomerado. “Puede abrir nuevas oportunidades tanto para la propia Seat como para el resto del grupo”, auguró.
Pero más allá de la joint venture, Seat tratará de reintroducir su marca en el gigante asiático, el mercado líder en el coche eléctrico que abandonó en 2014 antes los malos resultados de la operativa. Para ello, la firma prepara seis modelos híbridos y de cero emisiones aquí a 2021.
Antes de China, Seat pone el foco en la expansión por el norte de África
Con el asalto a China previsto para 2021 como tarde, antes deberá abrir el camino al grupo en el norte de África. “Será el motor después del éxito de la operación con la planta de Argelia”, explicó Diess. En el país, el grupo Volkswagen ya representa ocho de cada diez vehículos de más de 15.000 euros vendidos.
“Lideraremos la expansión”, prometió De Meo. A lo largo de 2018, el fabricante ya logró elevar las ventas el 262,7% hasta los 18.500 modelos. En el mismo ejercicio comenzó a ensamblar el Seat León, el Arona y el Ateca en su planta de Relizane, requisito imprescindible para vender en el país. Conviven con el Ibiza, que llegó a la instalación a mediados de 2017.
Con tanta carne en el asador, Latinoamérica quedó en un tercer plano. “No nos hemos dormido”, se esforzó en destacar el presidente de Seat. Sin embargo, admitió que antes “hay mucho trabajo por hacer”. Por ello, declinó desvelar plazos para la construcción desde el mismo continente y el acelerón en el territorio.
Pasos ya se dieron, aunque al ralentí: durante 2018 se aprobó el lanzamiento de la marca en Chile y Ecuador además del relanzamiento en Colombia y Perú.
En México, mientras, el crecimiento es del 9%. «Entre los cinco países representan más del 75% del mercado latinoamericano, excluyendo a Brasil y Argentina», reza la memoria anual de Seat. Niguna de las dos potencias es un caramelo. Ahora mismo, la inflación en ambos estados los convierten en plazas complicadas para aterrizar.
2018: otro año récord para Seat
Pero más allá del futuro, Seat también desveló las cifras de su presente. El fabricante español volvió a cerrar un ejercicio con beneficio récord –más allá de las ganancias extraordinarias obtenidas en 2016– con un resultado de 294 millones de euros y unas ventas de 9.991 millones.
La compañía teme por la desaceleración del futuro, que ya comienza a notarse en el ritmo de crecimiento. Si la subida de las ganancias fue del 21,8% en 2017, para este ejercicio el crecimiento fue del 4,6% impactado por la falta de motores homologados con la nueva normativa WLTP procedentes de Volkswagen.
Seat también logró vender hasta 517.600 coches, la cifra más alta de su historia. Se trata del 10,5% más y la colocan como la marca que más creción en Europa a lo largo del último año.