Santander y BBVA recortan los gastos en seguridad por la debilidad de ETA
Las grandes entidades del país despiden escoltas y suprimen coches blindados para los consejeros
Los dos grandes bancos del país han reducido drásticamente una de las partidas más blindadas y hasta ahora intocables: los gastos de seguridad y vigilancia personal de la cúpula. La percepción –verdadera o no– de que el peligro terrorista ha desaparecido casi por completo en España ha llevado al Banco Santander y BBVA a suprimir coches blindados y escoltas para la mayoría de consejeros del banco que hasta ahora disfrutaban de este servicio. Sólo se han salvado de los recortes los presidentes Emilio Botín y Francisco González, según ha podido saber Economía Digital.
Los expresidentes y consejeros de Banco Santander, que hasta hace pocos años contaban con coches blindados y escolta, se han quedado sólo con un coche convencional con conductor.
La medida ya había afectado a los últimos consejeros de la entidad, como Francisco Luzón, que fue expulsado el año pasado por intentar hacerse con la presidencia del banco y José María Amusátegui, ex presidente del Banco Central Hispano, que también se quedó sólo con un chófer.
Seguridad de Estado
El fuerte aparataje de seguridad de los principales bancos del país fue diseñado en los años de mayor actividad de la banda terrorista ETA. Cada banco contaba entonces con unos 40 escoltas, la mayoría con formación de élite y procedentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, la Casa Real, los GEO y la Policía Nacional. Ahora, la cifra se ha reducido a poco más de 15 escoltas en cada banco.
Las entidades bancarias no escatimaron gastos para adquirir coches blindados Mercedes, Audi y Lexus y establecer servicios de vigilancia las 24 horas en domicilios de los consejeros con escoltas y casetas de seguridad. El BBVA, que antes contaba con policías en excedencia, dispone ahora de los servicios de la empresa privada Prosegur.
Refuerzo en el exterior
En el primer banco de España, Emilio Botín es el único que continúa con la seguridad extrema y no viaja en otro coche diferente a sus Mercedes blindados en la fábrica de Alemania (no se fía de las plantas certificadas para hacer el mismo trabajo en Italia). También siguen disfrutando de coche blindado todos los miembros de su familia.
Y aunque en España la seguridad se relaja, cada vez que Botín viaja a América Latina solicita intervención de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Jamás sale de noche y los únicos recorridos que repite son los que le conducen al aeropuerto, el hotel y las sedes bancarias.