Mena reduce el plan de industria a la mínima expresión
La dotación en 2012 es de 204 millones de euros, cuando sólo a través de los préstamos y avales del ICF invertirá 300 millones. La cifra total queda lejos de los 2.000 millones de financiación que La Caixa concederá en el Club Cambra
El Govern de la Generalitat ha tardado casi un año en dar forma al polémico plan de industria, la hoja de ruta para reactivar la actividad económica del país. En los presupuestos de 2012 la conselleria d’Empresa i Ocupació, liderada por Francesc Xavier Mena, ha dotado a este instrumento con 204 millones de euros. Una inversión casi paralela a otro plan al que han dado forma, el programa Catalunya Emprèn (200 millones de euros), y que se queda lejos de los 300 millones que ofrecerán mediante préstamos y avales del Institut Català de Finances (ICF) a través de ACC1Ò, según datos de la conselleria.
Pero la inversión para reactivar la economía catalana se queda en mucho menos si se compara, por ejemplo, en la financiación a pymes que ofrece La Caixa en su participación en el Club Cambra. La entidad presidida por Isidro Fainé aportará 2.000 millones de euros al nuevo servicio de empresas de la Cambra de Comerç de Barcelona. Sólo en enero, ya habían cerrado operaciones por valor de 183 millones de euros que han llegado a casi 600 pymes.
Objetivos
Si se mira la letra pequeña del plan de industria, la aportación real para impulsar la industria catalana se queda en mucho menos. Este año, Mena ofrece a través de este instrumento 98 millones de euros en líneas de financiación directa. Los 107 millones restantes servirán para cumplir con los objetivos de la hoja de ruta.
En ellos, la conselleria señala que destinará fondos para dar continuidad a proyectos que son solventes pero están en peligro de desaparecer por problemas económicos. Como los dos millones de euros que se destinaron a la empresa de Sant Quirze del Vallès (Barcelona) Cubigel. Un crédito que se retrasó 15 días y se separa en cuatro pagos. Por el momento, sólo se ha abonado a la compañía medio millón. El resto, estará ligado a los pedidos que lleguen.
Por otro lado, Mena también replanteará la política de clústers impulsada por el tripartito. Con los 107 millones de euros quiere iniciar una concentración de los existentes para realizar “economías de escala”, tal y como se lee en el documento. Asimismo, el plan de industria plantea una reestructuración de las pymes catalanas para que ganen tamaño y sean más competitivas. Eso sí, tienen hasta 2014 para conseguirlo, la fecha límite del programa.
Planes tractores
En cuanto a inversiones industriales propiamente dichas, en la hoja de ruta de Mena se habla de cuatro planes tractores que servirán para captar inversiones extranjeras y dinamizar el tejido empresarial catalán. El primero de ellos es el de la tecnología móvil, con Barcelona como capital mundial en la cabeza. Ya han surgido dudas empresariales sobre cómo beneficiará a las compañías más allá del área metropolitana de la capital catalana.
Por otro lado, está la inversión en vehículos eléctricos. Es la gran esperanza del Govern de Artur Mas para la industria del motor, uno de los pilares tradicionales de Catalunya en horas bajas. La última deslocalización ha sido la de Yamaha, cuya planta de Palau-solità i Plegamans (Barcelona) ha pasado a manos del grupo Sesé y, por ahora, hará componentes para los japoneses. Pero el vehículo eléctrico ha sido el gran damnificado en los Presupuestos Generales del Estado. Para cumplir con el déficit cero, Rajoy ha decidido parar las ayudas para comprar vehículos verdes.
Los otros dos planes tractores de la industria catalana aún se tienen que identificar. El empresariado catalán espera a verano, el tiempo que se indica en el documento, para saber cuáles serán el resto de motores para dinamizar la economía local.