Mango alargará el pago de la deuda para transformar las tiendas
La empresa de moda confía en volver a beneficios en 2019 y ampliará su centro logístico en 90.000 metros cuadrados
El botón rojo de la deuda ya no parpadea con tanta fuerza en Mango. La firma de moda española logró recortar su pasivo desde los 617 millones hasta los 315 millones en sólo dos años y, tras un acuerdo con la banca, logró aplazar el pago de la mochila hasta 2023. Ahora, con la vuelta a los beneficios como objetivo asequible, la compañía tiene claro que la devolución de la deuda dejará de ser una prioridad en los próximos ejercicios.
En un encuentro con medios de comunicación en el centro logístico de la empresa en Lliçà d’Amunt, el consejero delegado de la sociedad, Toni Ruiz, explicó que “en un par de años” se estará en posición de retornar el pasivo prestado por las entidades. «La deuda neta será positiva», aseguró. Sin embargo, abrió una disyuntiva: ¿es lo que más interesa a la empresa? Si todo marcha como dibuja en su cabeza, la respuesta es no.
Una vez instalado en una ratio entre deuda y ebitda –una métrica habitual del sector— sostenible –actualmente ronda las 2,5 veces–, el grupo no quiere renunciar a la capacidad de endeudarse para financiar nuevas inversiones. La principal será la transformación de las tiendas para convertirlas en puntos de venta auténticamente omnicanal, que tanto puedan servir al cliente físico como al que compra por internet.
La empresa cerró el ejercicio anterior con 2.183 establecimientos, y la previsión es terminar 2023 con entre 2.000 y 2.200 comercios. «Se buscará racionalizar el parque de locales», explicaban fuentes de la empresa a Economía Digital hace pocas semanas. Se fusionarán los que sean cercanos y se cerrarán los que sean menos rentables.
Mango tiene el horizonte de deuda despejado hasta 2023
A cambio de las ovejas que salen se proyectan alrededor de 100 aperturas. Sin embargo, la inversión irá centrada a poder servir a los clientes online directamente con el stock de las propias tiendas. Sin tener que depender tanto, precisamente, del centro logístico desde el que atendió a los medios. “La idea es conseguir tener centros logísticos de proximidad”, señaló el ejecutivo.
En el centro logístico de Llicà d’Amunt, la empresa prepara una ampliación de 90.000 metros cuadrados para incrementar la superficie hasta los 280.000 metros cuadrados. La inversión necesaria será de 35 millones aunque la mayor parte de la factura correrá a cargo del fondo británico Tritax Ebox, su casero en la instalación.
La empresa fundada y presidida por Isak Andic, hoy ya en funciones institucionales, también quiere centrar la inversión en la gestión de datos de sus clientes, a los que conoce cuando compran online pero que son prácticamente una incógnita cuando acuden al comercio físico. Además de dedicar un nuevo equipo de ingenieros a la división, extenderá el programa de loyalty, hasta ahora disponible en España y Francia, a casi todos sus mercados.
De este modo, devolver el préstamo que arrastra con Banco Santander, Banc Sabadell, Caixabank, BBVA, Bankia, Ibercaja y Erste Bank dejó de ser la principal pieza del rompecabezas de Toni Ruiz. Si bien logró aplazar el pago desde 2019 hasta 2023, también abrió la puerta a nuevas vías de financiación.
Por el momento tangencial en su estrategia, la compañía registró en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) una emisión de pagarés de 200 millones de euros. La cifra final es ambiciosa, aunque la empresa matiza que sólo se utilizarán «entre 15 y 20 millones» para hacer frente a las necesidades del día a día a un coste más bajo que el actual.
Con la deuda controlada, Mango va a por el beneficio
La refinanciación firmada en 2018 con la banca supuso un balón de oxígeno, pero la empresa no logró revertir los números rojos que arrastra desde 2016. A pesar de que ya es habitual que los mensajes de optimismo –«las ventas crecieron en los primeros meses del año» lanzados por el grupo durante el año no se trasladen en beneficio, Ruiz se mostró confiado en obtener, al fin, «resultados positivos al final del año».
El ejecutivo pronunció las palabras con la boca pequeña, pues las últimas cinco semanas del año concentran buena parte de la facturación: al Black Friday le sigue la campaña navideña. Además, en invierno las prendas sacadas al mercado son más rentables para la firma, pues el margen con un abrigo es mayor que con una camiseta.
«Hemos hecho un muy buen trabajo durante todos estos meses», se limitó a decir tras augurar un incremento de las ventas todavía por definir.
Mango quiere incrementar el ebitda un 10% al año hasta 2023
A largo plazo, el objetivo es incrementar beneficio bruto a un ritmo del 10% anual hasta 2023. A pesar de terminar en números rojos el año 2018, ya logró un ebitda positivo de 135 millones. La sociedad espera incrementarlo a una media de doble dígito anual durante el próximo lustro.
La meta es situarse en unos niveles de rentabilidad similares a la media del sector, situada alrededor del 10% en el ratio de Ebitda sobre ventas. Con las cifras del ejercicio pasado en la mano, la empresa catalana ronda el 6% en esta métrica, pues las ventas fueron de 2.233 millones de euros. El líder, de largo, es Inditex, que logra convertir el 20% de sus ingresos en Ebitda.