Mango se exige ganar un 10% anual hasta 2023
La cadena de moda aspira a volver a beneficios este año y se da cuatro años para obtener la rentabilidad media del sector con un nuevo plan
Tres años después de caer a los números rojos, Mango confía en que 2019 se convierta en un punto de inflexión. La cadena de moda perdió 35 millones de euros la pasada temporada y mientras confía en volver a los beneficios durante la actual campaña, diseña las líneas estratégicas de la compañía en la que quiere convertirse. El objetivo: incrementar beneficio bruto a un ritmo del 10% anual hasta 2023.
A pesar de terminar en números rojos el año 2018, la firma fundada y presidida por Isak Andic consiguió un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 135 millones. Espera incrementarlo a una media de doble dígito anual durante el próximo lustro, explican a Economía Digital fuentes de la compañía. «Es un crecimiento a un ritmo importante», asumen.
La meta es situarse en unos niveles de rentabilidad similares a la media del sector, situada alrededor del 10% en el ratio de Ebitda sobre ventas. Con las cifras del ejercicio pasado en la mano, la empresa catalana ronda el 6% en esta métrica, pues las ventas fueron de 2.233 millones de euros. El líder, de largo, es Inditex, que logra convertir el 20% de sus ingresos en Ebitda.
El futuro de Mango: menos camisetas y más abrigos para incrementar el margen
Para incrementar el resultado, la empresa que desde hace un año dirige Toni Ruiz dibuja dos vías: un incremento de las ventas –en el primer trimestre de 2019 las ventas crecieron en 50 millones– y la apuesta por las prendas con mayor margen. Es decir: menos camisetas y más abrigos. Deberá confiar en que el clima le acompañe con otoños fríos.
Si la expansión del resultado quiere ser agresiva, Mango no tiene la misma intención con su red de tiendas. Cerró el ejercicio anterior con 2.183 establecimientos, y la previsión es terminar 2023 con entre 2.000 y 2.200 comercios. «Se buscará racionalizar el parque de locales», señalan. Se fusionarán los que sean cercanos y se cerrarán los que sean menos rentables.
A cambio de las ovejas que salen se proyectan alrededor de 100 aperturas. Aunque desde la compañía se resisten a decir los mercados por los que apostará, los movimientos realizados en lo que llevamos de 2019 pueden dar algunas pistas: la firma anunció acuerdos con Hangzhou Jingzhe Clothing en China, Hudson’s Bay en Canadá y Macy’s en Estados Unidos para abrir puntos de venta en sus países. Además, abrió un centro logístico en México que acompañará de 12 nuevos negocios.
«Man, Kids y Violeta se mantendrán, pero la apuesta fuerte será la división de mujer», dicen en Mango
Pero Mango también sabe que debe recuperar el fervor de los clientes después de tratar de seducir a un público más joven con campañas muy agresivas. Tras dos años de caídas, en 2018 logró remontar la facturación el 1,8%. La receta es clara: «Mango Man, Kids y Violeta se mantendrán, pero la apuesta fuerte será por la división de mujer que genera alrededor del 80% de las ventas». Además, «las colecciones serán diseñadas de modo que sean medioambientalmente sostenibles, tanto en los tejidos como en los procesos».
Mejorar la logística es otra de las obsesiones de la sociedad. Con la unificación de los procedimientos en el centro de Lliça de Munt se espera la obtención de sinergias mientras que se realizarán modificaciones en la gestión del stock para poder enviar prendas directamente desde las tiendas –sin pasar por los almacenes– a los clientes online. Actualmente, la venta por internet supone el 20% del total y para 2020 se espera que alcance el 30%.
Mango no sólo quiere vender más. También quiere venderle más al mismo cliente. Y para ello necesita conocerlo mejor. Así, extenderá el programa de loyalty, hasta ahora disponible en España y Francia, a casi todos sus mercados. Irá destinado tanto a los compradores físicos como al online.
El panorama financiero de Mango, despejado
Mango puede presumir de un horizonte financiero despejado hasta el final de su plan 2020-2023. El pasado diciembre logró refinanciar 500 millones de deuda –400 millones de principal y 100 millones de líneas de crédito que todavía no ha utilizado– hasta 2023 gracias a un préstamo sindicato con siete entidades: Banco Santander, Banc Sabadell, Caixabank, BBVA, Bankia, Ibercaja y Erste Bank.
La operación supuso aplazar el calendario de vencimientos, que preveían un pago de 170 millones para 2019 y de 330 millones de euros para 2020. «El acuerdo es muy positivo, porque demuestra una muestra de confianza de la banca al plan de negocio», celebró Toni Ruiz en el momento de su firma. «Nos ayudará a poder acometer los proyectos previstos en los próximos ejercicios y reordenar nuestro parque de tiendas», añadió.
Para cumplir con las obligaciones con la banca, la cadena de moda utilizará el Ebitda generado durante todo el periodo. No obstante, tiene sobre la mesa desde hace meses una emisión de pagarés de 100 millones de euros que le ayudará a reducir los costes financieros.
En octubre de 2018, Toni Ruiz asumió todas las funciones ejecutivas que ostentaba Isak Andic
El Mango del futuro se dibuja para el periodo 2020-2023, pero la renovación arrancó en octubre de 2018, cuando Toni Ruiz, director general y consejero delegado, asumió todas las funciones ejecutivos que hasta el momento ostentaba Isak Andic, fundador y accionista único del grupo. El magnate se limita ahora a una función institucional y a participar en el diseño de las colecciones.
El flamante mandamás está rodeado de dos vicepresidentes: Daniel López, responsable de la expansión, y Jonathan Andic, jefe de Mango Man e interiorismo además de ser el hijo mayor de Isak. El comité de dirección lo completan seis hombres y una mujer hasta alcanzar la decena de miembros.