Los Tarragó piden una junta extraordinaria ante el opaco futuro de Ficosa
Los propietarios del 41% del capital reclaman información sobre el inversor japonés que está interesado en entrar en la compañía y reclaman estudiar otras posibles ofertas
La cúpula de Ficosa ultima antes de iniciar las vacaciones de verano el futuro de la compañía. La familia Pujol ha dado carpetazo esta semana a uno de los trámites más incómodos en el grupo, señalan fuentes cercanas al actual presidente, José María Pujol. Han celebrado la junta de accionistas de la holding, Ficosa Inversión. En ella, ha quedado reflejado de nuevo el desencuentro con sus primos hermanos y propietarios del 41% del capital, la familia Tarragó. De hecho, la falta de información sobre el futuro de la empresa de componentes de la automoción ha propiciado que esta parte destacada del accionariado haya reclamado la celebración de una junta extraordinaria centrada en esta cuestión.
Los Pujol, propietarios del 50% del capital, mantienen su estrategia de opacidad sobre la entrada de un nuevo socio en el grupo. De hecho, cuando este medio avanzó el inicio del proceso llegaron a negar públicamente la existencia de las conversaciones. En la junta de esta semana se han limitado a señalar que negocian con un inversor japonés y que la inyección de capital que puede aportar alcanza los 100 millones de euros. No dan más pistas al no existir ningún pacto en firme, aseguran. Pese a ello, interlocutores próximo a la familia indican que las conversaciones están en su etapa final.
Accionistas minoritarios
La participación de los Pujol en Ficosa Inversión les permite oponerse a la junta extraordinaria que piden sus primos. Es clave el papel que desempeñen el grupo de minoritarios para que la cúpula del grupo dé o no información sobre el proceso. Estas acciones están controladas por antiguos y actuales directivos de la compañía, quienes recibían los títulos como complementos a su salario o compensación por el trabajo realizado.
Hasta la fecha, sus votaciones han ido en el mismo sentido que la actual equipo directivo. Pero las últimas operaciones societarias que han impulsado los Pujol también han diluido su capital y han surgido las primeras voces críticas.
Estudiar más ofertas
La entrada de un socio externo fue precisamente la petición de los Tarragó que desencadenó el conflicto familiar en Ficosa en 2011. En ese momento, también salieron a la luz varias operaciones societarias que cambiaban la equidad patrimonial en la holding y que esta parte de la familia llevó a los tribunales. A lo largo de los últimos dos años, ambas partes del conflicto han intentado acercar posiciones. El reparto de la propiedad ha sido el gran obstáculo que no se ha llegado nunca a superar.
Fuentes cercanas a esta familia señalan que lo que ahora se pide es aprovechar la entrada del socio externo para restaurar la paridad que existía originalmente en Ficosa y estudiar las propuestas que puedan ofrecer otras compañías. Los Pujol y el grupo de minoritarios tienen la última palabra.