Los Tarragó preparan su artillería legal para recuperar el control de Ficosa
Sus primos, la familia Pujol, les entregaron una carta de despido el pasado 27 de junio y les sacaron de la factoría de Viladecavalls acompañados de un guardia de seguridad de la empresa
En los próximos días la familia Tarragó presentará en los juzgados una demanda contra sus primos, los Pujol, para recuperar el control de la empresa donde trabajaban hasta el pasado 27 de junio: Ficosa. Según ha podido saber Economía Digital, sus abogados han estudiado todas las vías posibles -mercantil, civil y penal- para revertir la situación actual del accionariado del grupo y dejar en agua de borrajas la maniobra societaria de Josep Maria Pujol Artigas y su hijo, Xavier Pujol.
Según explica el propio Josep Maria Tarragó en una carta que ha enviado a unos 70 clientes y proveedores de la multinacional de la automoción, en julio fue “expulsado con formas vergonzosas y humillantes de las instalaciones de la compañía”. Según ha podido saber esta publicación, los Pujol usaron la seguridad privada de Ficosa para sacar -literalmente- a los dos hermanos Tarragó de la factoría de Viladecavalls. Josep Maria ejercía de vicepresidente ejecutivo y Jorge trabajaba en el departamento de ingeniería. Hay un tercer hermano Tarragó, Javier, que trabajaba en la filial de Ficosa en Atlanta y que ha regresado precipitadamente a Catalunya con toda su familia.
Así lo urdió el patriarca Pujol, Josep Maria, tras asegurar que controlaba la sociedad porque había adquirido más acciones y rompía el equilibrio en el consejo. Hasta la fecha, ambas familias tenían el 45% de la propiedad cada una y el 10% restante estaba en manos de minoritarios. Una participación que se mantuvo tras la muerte del patriarca Tarragó en marzo de 2009. Él fundó la compañía con su suegro, Josep Pujol Sucarrats.
Diferentes perfiles empresariales
Los trabajadores de Ficosa explican la diferencia entre ambos perfiles. Mientras hablan de Josep Maria Tarragó como el ideólogo de la estrategia internacional y el impulsor de las principales innovaciones en el grupo, tachan a Josep Maria Pujol de ser un gestor obsesionado con las cifras. En cuanto a su hijo, afirman que es un “hombre de paja”.
Asimismo, aseguran que la relación entre ambas familias se tensó cuando Josep Maria Tarragó empezó a cuestionar las decisiones de su tío y su primo sobre la nueva estrategia del grupo. Un plan que ha levantado polvareda en las factorías de Viladecavalls y Rubí.
El mismo Tarragó afirma en la misiva que los Pujol “pretenden llevar adelante nuevos cambios en la estructura societaria que harían de Ficosa una compañía aún más opaca, más personalista y menos sujeta a una gobernanza mínimamente responsable”. “Como profesional, siento vergüenza de que en mi país se den situaciones como ésta, en la que el personalismo y la ambición ponen en peligro una empresa puntera que ha sabido competir con éxito en el mundo”.
La Generalitat, pieza clave en la guerra familiar
Quien tiene la llave en esta guerra abierta entre primos es la Generalitat, sin voz ni voto en el consejo de Ficosa. Antes de que la compañía adquiriera los activos de Sony, una operación que se ha intentado repetir en todas las deslocalizaciones de Catalunya, firmaron un crédito participativo con el Gobierno catalán de 50 millones de euros. Es el arma que usa el director general de Indústria, Joan Sureda, para intentar apagar el incendio.
Es él quien gestiona personalmente la crisis de Ficosa. El conflicto llega en muy mal momento para el departamento dirigido por Francesc Xavier Mena, ya que sindicatos y patronales cuestionan abiertamente la política industrial de Artur Mas y la popularidad de Mena está en mínimos.
Por el momento, no han decantado la balanza hacía ningún lado. Juegan con un punto de ventaja, ya que el director de comunicación de Mena , Xavier Gispert, conoce los entresijos del grupo. Fue responsable de relaciones exteriores durante siete años antes de unirse al político convergente.